IV.

170 21 10
                                    

Jueves. Que hermoso día.

Tenía clase con Rayan Zaidi a las diez, así que tenía tiempo de sobra para hacer algo el resto de la mañana. Fue por ello que decidí ir a dar una vuelta por el campus. La ciudad la tenía muy vista.

Mientras caminaba por el patio en el que se unían todos los edificios, un grupo de chicos quienes parecían ir al gimnasio dos veces al día y a la playa tres, me pararon. Los tíos tenían un taco de folletos cada uno, en el que vi la palabra "sex" en el de arriba.

—¡Hey! No te he visto por aquí, preciosa, ¿es tu primer día?—dijo el que parecía el líder—.

—No vas a conseguir mojar, musculitos, vete con las animadoras.

Me comencé a alejar de ellos, con los brazos cruzados bajo mi pecho. Al escuchar un "espera", suspiré y decidí girarme.

—Tienes genio, ¿eh?—me extendió uno de los folletos y pude ver lo que realmente ponía en él—¿Estás enterada de la fiesta en la playa? Es este sábado.

—Hostia puta, ¿era para esto? Haber empezado por ahí, tíos. Joder, pues no tenía ni idea—miré el folleto por unos momentos más—¿Necesitáis ayuda para repartirlos?

Vi como se miraban entre ellos y soltaban risillas. Al final, me dieron un pequeño taco de folletos y me acompañaron a los diferentes sitios del campus, no sin antes dejar claro que ninguno debía tocarme si no querían acabar mal. Para mi sorpresa, ninguno me tocó ni me hicieron sentir mal. Se portaron bastante bien y, las pocas veces que ligaron, no tenía ningún tipo de micromachismo. Esto me hizo tener un poco de fe en la humanidad.

Al final, resultó que eran muy interesantes. Me contaron las carreras en las que estaban: uno de ellos estaba en matemáticas, otro en empresariales y los dos eran de arquitectura y fútbol (no estudiando, en el equipo).

Después del reportaje de fotos que me hice con ellos, de seguirlos en instagram y recomendarles algunas canciones de Gorillaz, me despedí de ellos y prometí verles en la playa.

Sí, la fiesta de la que habíamos estado repartiendo folletos era una fiesta en la playa. Con surf, bebidas, baile y todo eso. Faltaban veinticinco minutos para que fuesen las diez y, con ello, para que tuviese clases. Los chicos se ofrecieron a acompañarme al edificio, a lo que acepté. Más que un "quiero liarme contigo" era más bien un "me has caído de puta madre, chavala, podrías ser mi mejor amiga". En el camino, justo antes de entrar al edificio, nos cruzamos con unas chicas que no habíamos visto antes.

En ese momento, les hablé de la fiesta y les entregué varios folletos. Tras eso, choqué las manos con todos los de mi grupo. Al darme la vuelta, vi a Rayan Zaidi, quien acababa de verme y se acercaba a hablarme.

—Señorita Lindemann, no esperaba verla hasta clases—dijo con cierta alegría. La típica de cuando ves a un alumno que no molesta—¿Qué es eso?

—Buenos días, Rayan, tampoco esperaba verte tan temprano—dije con una sonrisa—Son folletos para una fiesta en la playa, este sábado. Pareces joven, a lo mejor te interesa.

Me giré y le pedí a uno de los chicos que me pasara un folleto. Me encontré con un grupo de chavales que se habían quedado flipando. Le entregué el folleto y me miró con una ceja levantada. Muy típico de él.

—Llevo poco siendo profesor... Pero es la primera vez que una alumna me invita a una fiesta—dijo con mirada atrevida—.

—Oh, vamos... ¿Quién dice no a una fiesta en la playa?

Me mostró como guardaba el folleto en su carpeta y se despidió de mí con un suave movimiento de mano, algo que yo correspondí. Al volverme, me encontré a todo el grupo mirándome con una ceja levantada y sonrisa pícara. Tras eso, hicieron un soniditio de "oh" con algunos silbidos de fondo.

Sempiterno [CDM UL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora