Villa Triunfo

1. ¿Cómo se os ocurrió?

Natalia

No podía ser más feliz, estaba casada con Alba Reche, la chica más guapa del mundo y teníamos a nuestra hija, Marta, que parecía de otro planeta, era casi imposible no querer abrazarla cada vez que abría la boca, menos cuando...

-¿Pero quién llama a estas horas?- Alba escondió la cabeza en mi cuello mientras el teléfono resonaba por toda la casa.  -La pregunta es: ¿quién sigue llamando al fijo? Tendríamos que haberlo tirado hace años.- En ese momento pude notar su sonrisilla en mi cuello mientras estiraba mis brazos. -¿Dejamos que suene?-  esa cama era demasiado cómoda como para levantarse.

No hizo falta ni que Alba respondiera -¡Ya lo cojo!- y unas fuertes pisadas sonaron hasta que el teléfono dejó de sonar. -Creo que adoptar a Marta es lo mejor que he hecho nunca.- le di un beso  en la frente a Alba -Sí.- Y nos quedamos ahí, tumbadas, hasta que Marta llegó con un cojín en la mano y con cara de sueño, una cara que cambió por su cara de inspirada en un momento -Oh, no.- dijimos Alba y yo al unísono. -¿Sabéis qué he soñado?- "Ya empezamos" pensé.

-Marta, ¿quién ha llamado?- le pregunté con los ojos entrecerrados de sueño pero ni caso -No, no, espera. He soñado que era un plátano pero un plátano bonito, todo amarillo, bueno, bonito y de golpe veo que me empiezo a pudrir, y yo sufriendo como "joder, que voy a quedarme toda podrida" y entonces veo que sale un gusano de mi barriga, bueno de la parte del medio del plátano, ya me entendéis. Pues cuando miro el gusano, ¡era yo! Ese gusano tenía mi cara. Y yo que empiezo a gritar y a gritar para que no me coma y de golpe, veo todo negro y exploto a lo ¡PAM! ¿Sabéis que había pasado? ¡Qué yo era el big bang! Osea, soy un plátano, me está comiendo un gusano con mi cara y de golpe, ¡puf!, todo se crea gracias a mi pero yo me muero y, no sé, me ha dejado como... con una sensación de sabiduría, ¿sabéis?-

-Alba, hay veces que me arrepiento de haberla adoptado.- un cojín se estampó en mi cara, la verdad es que lo vi venir pero no tenía energías ni para defenderme -¡Oye!- se reía Marta mientras saltaba a la cama hasta tumbarse encima nuestro. -Ahora que lo dices, ¿cómo se os ocurrió adoptarme? Ya no lo recuerdo mucho.- Tenía razón, hacía 14 años que la habíamos adoptado, ahora tenía 18, era normal que no recordara lo que hizo con 4 años, así que nos apartamos Alba y yo  para hacerle un hueco en medio. -¿Sabes la fiesta solidaria de tu orfanato, a la que vamos cada año?- Marta asintió -Ajá.- y yo sonreí -Pues cuando tenías cuatro año fue el primer año en el que nos invitaron.-

14 años antes, en el orfanato

¡Por fin hemos llegado! Tengo el culo cuadrado de estar sentada en el coche.

Nos han invitado a Alba y a mi a tocar en una fiesta solidaria de un orfanato y estoy muy contenta por ello, lo único malo es que el viaje era muy largo y nos lo hemos pasado discutiendo si eran mejores las palomitas saladas o las palomitas con mantequilla. -Natalia, en verdad no pasa nada, así no nos robamos las palomitas.- No puedo evitar reír, es increíblemente buena esta chica, me acerco a ella y le acaricio la mejilla -Vale, no te robaré palomitas pero lo que sí que te voy a robar es un beso.- y planto mis labios sobre los suyos, empujándola suavemente hasta que su espalda choca con el coche.

-Buenos días.- dice una de las hermanas del orfanato para que nos separáramos, yo sonrío pero Alba se esconde detrás de mi . -Buenos días, somos Natalia y Alba, qué nos habíais llamado para tocar en el festival.- la monja asiente, -Lo sé, yo soy sor Bernarda y os recuerdo  una cosa, ¡esta es la casa de dios, un poco de respeto, por aquí hay muchos hoteles sí, pero en el orfanato no, almas de cántaro!- me fijo en la monja de al lado, es una adolescente con la cabeza baja mirando al suelo. No sé si es cosa mía pero esta es bollera, lo dice mi radar.