¿Que soy para ti ?

Sasuke |II|

El espejo se rompió. Y con ello.

La dama de cristal se desvaneció

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¿Que ganaba Hinata con arruinar lo nuestro?. Pensar en tener que alejarme de alguna de las dos me era imposible. Yo era egoísta, estaba consiente de ello.

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Pongamos esto así. Naruto, el bastardo de mi mejor amigo desde la infancia, había arruinado su relación con Hinata en su despedida de soltero, ella se había apagado y no puedo decir que la conociera realmente, me era indiferente del todo al igual que la gran mayoría de las cosas. Ella simplemente era la novia o mas bien dicho, ex de Naruto. Todo había comenzado como una apuesta entre los Akatsuki, la banda de mi hermano Itachi, y yo.

Pain, el representante de la banda odiaba a Naruto y comenzó a jugar apuestas en contra de el. Simplemente a mi, me daba igual. Yo era un hijo de puta y lo reconocía, no era como si fuese algo del otro mundo viniendo de mi. ¿En que consistía la apuesta actual de Pain? Engatusar a la Ex-prometida de Naruto. Cual quiera en la banda podía hacer aquello. Naruto bufo y se molesto por aquello en cuanto se entero. Pero estaba en malos terminos con Hinata asi que no podia hacer nada por ella.

Para mi seria fácil. Siendo amigo de Naruto, solo bastaba con mostrarme indignado por toda la situacion del acoston con su prima Tayuya y listo. Una mujer dolida en bandeja de plata.

Todo estaría bien mientras Sakura no se enterara y ¿Quien era Sakura? Oh. Olvide mencionarlo, ella es mi novia. ¿Era un imbécil? si lo era. A ella la amaba por supuesto ¿Como no amar a una mujer tan hermosa, exotica y con sentimientos tan puros y extremos como los de Sakura? Eso era imposible.

Siempre llego a importarme, no por nada la defendía en el transcurso de nuestra infancia. La trataba mal, pero ¿Que se puede esperar de un niño con ausencia de familia estable? Sakura habia aceptado aquello. Yo la habia hundido mucho mas debido a lo que habia hecho.

Hinata tenia lo suyo, eso era mas que claro. Sin embargo no podía sentir lo mismo con ella, Hinata era demasiado mojigata.

Salí de mi ensoñación y observe el semáforo en verde. Pise el acelerador y preste atención a la calle.

Después de la amenaza de Hinata me sentía realmente molesto.

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Era un sábado por la mañana cuando desperté con una sensación de migraña enorme. Aleje la sabana de mi cuerpo y talle mis ojos con cansancio. No habia dormido lo suficiente.

— 7:15. Hn.— Bien, aun era demasiado temprano.

Tenia que recoger a Sakura por la tarde para llevarla a elegir las decoraciones para el salón. Faltaban 2 meses para la boda y había muchas cosas que hacer. Debía organizar todo y para ello había contratado a diferentes personas encargadas de planificar bodas.

Suspire.

Sakura sin duda, era la mujer de mis sueños - después de años tratando de alejar aquella idea- , era hermosa, con una silueta perfecta, cabello exótico y largo color rosa, pecas tenues por sus mejillas y nariz, pero lo que mas destacaba de ella eran sus ojos, esos preciosos ojos jade con largas pestañas oscuras, esos labios color durazno que me volvían loco y esa nariz respingada como de muñeca.

¿Porque teniéndola a ella fui capaz de acostarme con Hinata? claro, mi orgullo Uchiha. Desde hace meses había comenzado a distanciarme de Hinata, de apoco, tratando de no ser tan patán con ella, porque en si, ya la había utilizado demasiado, y la apuesta estaba por terminar.

Y la idiota lo había arruinado.

Me arrepentía por haber estado con ambas, amando a Sakura. Y sabia perfectamente que en algún momento lo descubrirían, pero no pensé que fuese antes de la boda. Solo debía encontrar una manera de mantener callada a Hinata.

Me levante de la cama y entre al baño para tomar una ducha, el dia comenzaba y tenia planes para hoy.

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Salí de la ducha y comenze a prepararme, jeans negros y camisa gris. Me observe en el espejo mientras me ponía algo de colonia y escuche el timbre de repente. Aquello me sorprendió un poco, no esperaba visitas pero camine hacia la entrada.

Abri la puerta y una mata de pelo rosado estaba frente a mi. Arquee una ceja. — Pense que me esperarías en casa, estaba a punto de...— Sakura levanto la mirada y me quede petrificado.

Estaba llorando.

Y fue ahí cuando toda la culpa que había evitado este año cayo como balde de agua fría sobre mi.

— Un año y medio Sasuke. ¡Un maldito año y medio y no tuviste el valor de decirme!.— retrocedí y ella entro.

— ¿De que estas hablando?.— ¿En serio vas a preguntar? Fue la estúpida pregunta de mi subconsciente. Sakura comenzó a reír irónicamente.

— De tu amorío con Hinata, de eso estoy hablando.— La observe morderse el labio, estaba evitando tartamudear.— ¿De que mas va a ser si no?. Hinata llego a mi casa hace dos horas por cierto. Con la mirada perdida. Le pregunte sobre lo que le pasaba ¿Y sabes que me dijo? Que odiaba ser utilizada. ¡Ah! ¿y a que no sabes por quien?a si, por el imbécil del mejor amigo de su ex. Y resulta, que casualmente Uchiha. Eres tu.

Di un paso hacia atrás.

— Me ha pedido disculpas llorando, me ha dicho que ella de verdad no sabia que eras mi prometido, ni siquiera que eras mi novio.— Sentí un frió helado corriendo por mi espalda.

La Sakura frente a mi tenia la mirada llena de odio. — Sinceramente no pensé que fueses así Sasuke. Pero veo... veo que me equivoque. Esto es lo peor que me has hecho en toda mi vida. Y aguante, ¡Por Dios! Claro que aguante por estar ciega de amor por ti. Pero eso ya no es asi. Te ame Sasuke, pero esto no es algo que pueda perdonar.—

La observe girarse, estaba mudo. No supe que decir mas que observarla. La mujer que amaba estaba a punto de irse de mi vida por un gran error.

— Estas muerto para mi, así que... no me busques.—

Y esa fue la sentencia mas dolorosa que pude escuchar.

Observe su cabello perderse en mi campo de visión en el momento en que cerro la puerta de un solo portazo. Y fue ahí cuando reaccione, sentí el rostro húmedo y me di cuenta que estaba llorando sin poder evitarlo.

Habia perdido a la mujer que amaba y estaba seguro que debía recuperarla. No podia dejarlo asi, no por orgullo, ni por la estúpida apuesta. Si no porque la amaba.

Amaba a esa mujer a la que acababa de romperle el corazón.