Más lejos que nunca. 『MadoHomu』「Madoka Magica」

※{Descanso}※

Ha terminado la semana del cumpleaños de nuestra Diosa y la historia tiene un tinte oscuro muy notable, por eso, escribiré  este pequeño capítulo en Yuri para que descansemos del drama. Además de que es más fácil para mi imaginar una escena Yuri que la continuación de Rebellion.
Bueno, adelante historia:

El olor a los huevos fritos de la receta familiar de los Kaname, y el viento fresco que entra por las ventanas abiertas de par en par, con las cortinas casi completamente retiradas.

—¡DESPIERTA!
—Ahh...
—Nunca duermes y vas y te duermes el día de mi cumpleaños, que mala eres Homura-Chaaan.
—Madokaaa...
—Homura-Chan mala.
Tras un encuentro de nuestros ojos, arrastro a Madoka hacía mi le beso, y en un giro rápido queda debajo mía.
—Eres siempre la misma, Homura-Chan.—me rodea el cuello con los brazos, y la beso otra vez— Homura-Chan, me gusta besarte pero me gusta más cuando lo haces tú.
Beso su cuello y ella ríe.
—Ay, ya, Homura-Chan, es de mañana, tenemos que salir, hoy es mi cumpleaños y tengo que ir a trabajar.—dice riendo.

Me levanto de ella rápido y la cama chirría, tomo mi vestido negro y me cambio de ropa mientras ella va a la cocina otra vez.
—¿Quieres café, Homura-Chan?
—Por supuesto, Madoka. Ah, hoy es sábado, mañana no tenemos Instituto, que bien.
—Homura-Chan, no te vas a escaquear de estudiar.
—Madoka, es tu cumpleaños, podemos, aprovechar...
—Venga, Homura-Chan. Que se enfría el café y yo tengo trabajo que hacer.
—Ahg, vale, Madoka.—Me acerco a ella y le beso.
—Me voy, Homura-Chan, no llores, ¿Vale?
—V-Vale...—me abraza y sale de casa.
Sin darme cuenta, estaba llorando al verla irse, y más vestida de esa forma en la que se iba siempre, y yo temía perderla.

"Homura, eres una bestia despiadada y sin corazón" oí de repente. "Tratas muy mal a Madoka" volví a oir la voz. "No te quiere" me estaba hartando de la voz. "¿No te das cuenta? Es tu culpa." Y antes de poder darme cuenta estaba en mi cama otra vez, y alguien estaba a mi lado.

Madoka.
—¡Homura-Chan! No vuelvas a irte así, ¿Sabes que habría pasado si hubiese venido Sayaka antes que yo? Te tendría que haber llevado. Y no queremos eso ninguna de las dos.
—Madoka, tienes el cabello muy largo...
—Deja de decir sin sentidos, llevas horas así.
—Pero...Madoka, se te ve el pecho, ahí en el centro. —Un poco atontada, le señalo el centro del pecho de su vestido.
—Homura-Chan.
—Y tienes los ojos...brillantes, y me da miedo...
—Homura-Chan, si no callas te tendré que hacer callar y no hables con esa voz, no pareces tú.
—Puedo hablar de otras maneras.
—Según lo vulnerable que eres, y estás hablando muy mal, Homura-Chan, estás mal.
—Pero Madoka...
—Shh. —Se levanta, se va y cierra mi cuarto con un portazo.

Se oyen risas del exterior y quiero saber que está pasando que Madoka lo pasa tan bien.
Me levanto, casi sin poder andar llego a la puerta. Y la abro.

Madoka está con Miki Sayaka y con Sakura Kyoko.
—Mírala, Madoka, te esta desobedeciendo otra vez, siempre igual.—dice Miki Sayaka.
—Homura, será mejor que descanses— dice Sakura-San.
—HOMURA-CHAN. TUVISTE UN ATAQUE AL CORAZÓN, POR FAVOR, VUELVE A LA CAMA.