text me, ten.

Ámate, por favor.

-¿Entonces es tu novio?

-Ya te dije que no Takuya, es la vez número quince que me lo preguntas esta semana.-Respondió Ten frustrado terminando de comer comida japonesa en un restaurante al que su hermano le arrastró.

Takuya llevaba una semana viviendo con él y ya se estaba tirando de los pelos, porque el mayor se estaba metiendo demasiado en su vida, lo estaba agobiando demasiado y Ten siempre fue de esas aves que vuelan libres y sin preguntar por los límites.

-Jaemin cara culo, ¿dónde estás? ¿un amigo? Oh vamos, tienes apenas dieciocho recién cumplidos y ya te crees el rey de tu vida, te obligo a que cenes conmigo esta noche. Traete a ese amigo, pesado-Genial, ahora a Jaemin siempre le molestaba también por teléfono.

Después de ver como el mayor pagaba la cuenta, salió detrás de este a paso lento, estaba agotado físicamente y mentalmente a pesar de no hacer nada, ni lo más mínimo.

-Oye Ten-Allá vamos otra vez-No te pregunté nada sobre los estudios o el trabajo...

-Ya te dije que bailo de vez en cuando.

-¿Y cómo lo pagas?

-Una beca-Se encogió de hombros-Gané un concurso y ya, vivienda más ensayos gratis.

-¿Y de qué comes?

-Trabajé, ahorré dinero y lo guardé para mis gastos, no gasto en alquiler ni en autobús, solo en comida y otras cosas personales. Aunque llevo poco tiempo aquí.

Me miró serio, y eso era extraño en Takuya.

-No has ido esta semana a bailar.

Silencio.

Casi nunca iba, solo algunas veces sueltas. Estaba desganado y Takuya no era ningún tonto, de hecho, creo que es el más listo de todos nosotros.

No quiso decirme dónde íbamos, solo le seguí hasta llegar a una clínica, por lo visto de psicología. Vi a Taeyong en la puerta esperando.

Entonces vi su sonrisa y mis ojos se llenaron de lágrimas. Takuya me agarró de la mano suavemente y vi tristeza en sus ojos.

-Lo necesitas, cariño.

Taeyong se acercó a mi y agarró mi rostro entre sus manos juntando nuestras narices.

-Te ayudará, quiero que te ames a ti mismo.