Capitulo 4

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 El sonar de las olas rompiendo contra las rocas me hace removerme entre mi sueño, el canto de aves se intensifica cada vez más, haciéndome dudar de que es lo que está sucediendo a mi alrededor, mientras duermo plácidamente. Palpo mis sabanas y me sorprendo al notar que es tierra lo que se escurre entre mis dedos, abro los ojos de inmediatamente. El paisaje que esta ante mis ojos me deja estática, veo todo con suma cautela.

-Esto tiene que ser un sueño-

Camino intentado dar con alguna señal de vida en la playa, pero mientras más camino más me adentro a un puente de arena que se sumerge poco a poco en el mar, y me aleja de la orilla, el sol está en su punto más alto y la fresca brisa marina llena mis fosas nasales.

-Hola cariño-

Esa voz que durante meses he anhelado oír llega a mis tímpanos. Lagrimas se acumulan en mis ojos haciendo mi vista sea borrosa, busco con desesperación al emisor de esa dulce y terciopelada voz, la veo caminar hacia mí con un pulcro vestido blanco. Se detiene a tan solo unos cuantos metros de mí.

-¡Oh por dios abuela!- digo mientras lloro y corro hacia ella, para refugiarme en sus brazos.

-Cariño me estrangulas- aligero un poco mi abrazo pero me niego a soltarla.

-Te extraño tanto abuela- mi voz sale amortiguada y quebrada.

-Lo se cariño, pero tienes que ser fuerte, vendrán tiempos difíciles, habrán seres que querrán verte muerta o querrán tu poder- limpio mi rostro y la observo sin comprender, sus angelicales ojos verdes no han cambiado y su suave y blanca piel se ve incluso más joven.

-Abuela ¿de que me hablas?- acaricio su mejillas- el paraíso te ha sentado bien, estas hermosa- ella besa mi mano y niega.

-Anhala tu vida cambiara por completo con lo que te diré, tienes que tener tu mente abierta y no resistirte a tus instinto de lo contrario te aras daño-

-Abuela no comprendo-

Mia abuela toma mi rostro y su mirada se intensifica mientras sus facciones se hacen serias.

-No tengo mucho tiempo hija, por lo que necesito que te centres en el aquí y en el ahora, sé que te será difícil creer todo lo que te diga, tampoco teníamos pensado hacerte saber tu origen, y lo que eres de esta manera, pero en el mundo están sucediendo cosas que necesitan ser detenidas. Dime hija ¿alguna vez te he mentido?- niego- esto es más que un sueño Anhala, esto es un encuentro- veo como saca del bolsillo de su vestido un collar- en cuanto despierte este collar estará contigo, viajara desde esta este lugar hasta ti, será la prueba de que este encuentro fue real.

-¿Dónde estamos?- mi abuela sonríe.

-En el paraíso hija- dejo de ver a mí alrededor y dedico toda mi atención a mi abuela.

-Tienes mi atención-

-Bien, no sé cómo lo tomaras, pues debo decirte todo ahora, no podemos esperar más tiempo- caminamos juntas por el largo puente de arena- El mundo no es lo que piensas hija ¿recuerdas esas historias que solía contarte antes de dormir?-

-Los cuentos-

-No eran simples cuentos, eran relatos de la historia. Relatos de mi historia de vida...-

-Aguarda- me detengo viéndola- me estás diciendo que tú eres una de esas criaturas que me contabas en los cuentos-

-Sí, déjame contarte todo desde el inicio hija. Provengo de un linaje que fue bendecido por la diosa Artemisa, hija del dios Zeus y Leto, ella se encargaba de cuidar a las mujeres jóvenes, niños y crías de bestias según la historia de la humanidad. Pero en el mundo sobrenatural es mucho más que eso.

La Reina MíticaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora