Un vuelco a mi vida

Capitulo 4.

-Con permiso, les dejo la carta por aquí —dijo el camarero dejándonos la carta de los menús.

-Gracias —dijimos a la vez Tom y yo.

-¿Te apetece un vino para beber? -me preguntó Tom.

-Claro, que sea blanco —dije sonriendo.

-Y... ¿como que al final quisiste venir a cenar conmigo? —pregunta Tom curioso, mientras llama al camarero para pedir el vino.

-¿Y porqué no? —dije queriendo esquivar la pregunta—. Además creo que tengo una imagen de ti que puede que esté equivocada, estaría bien indagar más en ti y que esa imagen que tengo sea mentira —le contesta Ale con una sonrisa al final.

-Piensas que soy un prepotente ¿verdad? —dice Tom, mirándome con cara de misterioso.

Me empecé a reí, parecía que me había leído la mente, le di un sorbo al vino que nos había traído el camarero. Ambos nos reímos y acabamos mirándonos, se hizo un silencio mutuo.

-Eres increíble Ale, me alegra que hayas aceptado al final —me dijo sonriéndome.

Agarra mi mano, eso hace que me ruborice, pero no le suelto la mano, solo agacho la cabeza tímidamente.
A todo esto, en un momento que levanto la mirada veo que Mark está mirándonos, parecía que estaba más pendientes de nosotros que de Brenda; pero cuando ve que le he visto mirándome, quita la mirada y se empieza a reír con Brenda, como si estuviese escuchándole.

-Que risa más falsa —pienso mientras le doy un sorbo al vino.

-Perdonan, ¿saben ya que van a pedir? —pregunta el camarero interrumpiendo mi pensamiento.

-Em sí, una mariscada por favor —dice Tom al camarero mientras éste retira la carta.

*ring-ring-ring*

-Perdona, es urgente voy a contestar, no tardo, no te comas todo si lo traen — me dice Tom riéndose mientras sale fuera para responder la llamada.

-No te preocupes —le conteste riéndome.

Aproveche y busque el espejo que llevaba en el bolso para retocarme los labios. No encontraba el maldito espejo, el bolso era pequeño pero no encontraba nada.

-Estás muy sexy Alexandra —siento que me dice una voz masculina al oído.

Me asusto, levanto la cabeza del bolso y le veo, Mark, con una preciosa sonrisa pícara, mientras se marcha.

-Estás muy sexy Alexandra —repito en mi cabeza— Que estúpido —pienso mientras pongo los ojos en blanco y vuelvo a agachar la cabeza.

Se me encoge el estómago, no puedo evitar ponerme cachonda cada vez que lo recuerdo. Levanto la cabeza y le busco con la mirada, sigue sentado frente a Brenda, riéndose ambos como si nada. Se me ocurre una idea, no sé si funcionará, pero la hago.
Viene Tom y le digo que me disculpe que voy al baño. Cojo mis cosas y me dirijo al baño.
Espero un rato en el baño, y mi idea a funcionado.

-¿Que quieres Mark? —le digo enfadada.

-A ti —me contesta mientras me coge a horcajadas y me pone encima del lavabo.

Me empieza a besar el cuello, mientras recorre su mano por mi pierna, yo le agarro del pelo mientras me besa el cuello, sentía como la cosa se pone caliente, pero de repente escuchamos que va a entrar alguien y paramos en cuestión de segundos, como si no hubiese pasado nada.
Me echa una sonrisa pícara y se va.

-Que acaba de pasar, estás tonta Alexandra—pienso mientras me coloco el vestido y el pelo.

-Ya estoy aquí. ¿Cenamos? —dije con mi sonrisa falsa a Tom mientras miraba a Mark.

-Por supuesto, te estaba esperando —contestó sonriéndome de vuelta.

Me sentía mal por lo que acababa de pasar, prometí centrarme en Tom. Me puso triste pero hice como si nada y continué la cena con Tom.
Acabamos de cenar, y después de una cena "increíble" (a pesar de eso todo había ido genial), nos dirigimos a salir del restaurante, Tom me puso su chaqueta por encima a Ale antes de salir, las temperaturas habían bajado y el frio se notaba, pero antes de salir volví a mirar a Mark, mirada que el me devuelve.

-Gracias por la cena Tom, me ha gustado mucho estar contigo, eres muy amable —digo antes de salir del coche.

-Gracias a ti por venir Alexandra —contesta Tom mientras le pone el pelo por detrás de la oreja y se acerca para darle un beso en la mejilla.

Ambos nos quedamos mirándonos por un momento, pero se me paso por la cabeza todo lo que había pasado y me hizo sentir mal, asique abrí la puerta del coche y me fui.

-Hasta mañana Tom —dije antes de cerrar la puerta de mi casa.

Subí las escaleras, y entre a mi habitación, me quité los tacones y sin haberme quitado el vestido me tire a la cama. No podía parar de recordar lo que había pasado

-Estás muy sexy Alexandra —vuelve a repetirse en sus pensamientos —. A ti —se repite moviendo la cabeza para evitar los pensamientos.

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¿Quién preferís Mark o Tom? ¿Y quién preferirá ella?

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