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- ¿Pero qué te pasa?

— Qué me va a pasar, nada.

— Vale, que no te conozco de toda la vida, pero no me mientas.

— En serio déjame - dijo Ana intentando escapar de aquella situación, cosa que no consiguió ya que Miriam la agarró del brazo dándole la vuelta.

— No te voy a obligar a que me lo cuentes, pero dime que estás bien.

— Pues mira, una cosa sí que te voy a decir, no lo estoy. - respondió tajante dándose la vuelta y desaparenciendo por el pasillo finalmente.

La otra chica se quedó de piedra, parada en mitad del pasillo, sin saber bien qué hacer, Ana nunca se había comportado así con ella, más bien todo lo contrario, y no tenía ni idea de qué era lo que debía hacer.

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Los días pasaron, pero la situación seguía siendo la misma, Ana huyendo y desahogándose en cuanto llegaba a casa, y Miriam en un circuito que nada más que daba vueltas a un tema, y del que no encontraba salida, ella quería estar bien, quería saber qué ocurría y que era lo que hacía que Ana actuara de ese modo.

Era Viernes, Viernes de fiesta, estaban en Noviembre, pero decidieron que era una buena manera de sacar la tensión y el estrés acumulado en las últimas semanas.

Ana tras mucho pensarlo, y con gran ayuda de Aitana decidió acudir, sería una forma de intentar divertirse, cosa que no hacía desde hace un tiempo.

Miriam por su parte decidió que era el modo correcto de salir de aquel bucle, pero cuando llegó y se topó con aquella radiante Ana sus planes cambiaron, pensaba adivinar qué demonios le pasaba a su amiga.

— ¿Miriam? ¿Estás aquí? - preguntó Roi dándole pequeños golpes en el hombro a su novia.

— Sí, perdón es sólo que estaba pensando que tomar, ¿tú ya has decidido? - en realidad no le importaba lo más mínimo, estaba muy concentrada en observar cada movimiento de la canaria en la barra de aquel bar.

— ¿Qué te parece? - preguntó el chico tapando las vistas a la gallega.

— Perfecto, me parece perfecto.

— ¡GENIAL! - gritó Roi - Pues nos vamos dentro de dos semanas, en cuanto nos den las vacaciones.

— ¿Pero a dónde? - Consultó Miriam con los ojos muy abiertos, ni idea tenía de a qué se estaba refiriendo su compañero.

— A Galicia, Miriam, a casa de mis abuelos ya te lo he dicho.

— Ah jobá, sí vale.

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Ana ya llevaba unas copas de más encima, todo para poder soportar lo que la iba a venir encima, y estaba en lo cierto cuando Aitana se le acercó y la agarró la muñeca para llevarla a donde decía que estaban todos e iban a jugar.

Fuera de aquel establecimiento, sentados en un círculo se encontraban todos sus amigos charlando animadamente, se empezaban a notar los efectos del alcohol.

— Venga, que ya estamos todos, ¿a qué jugamos? - preguntó animadamente Cepeda.

— Hace mucho que no jugamos al yo nunca.

— Pero si es que ya lo sabemos todo los unos de los otros.

— Nunca se sabe todo - se atrevió a contestar Ana.

— Pues venga, si Anita lo dice juguemos. - finalizó Roi.

El juego transcurría en su total normalidad, ya habían bebido todos de su vaso dos o tres veces, y le tocó el turno a la que menos ganas e ideas podía tener en aquel momento.

"A ver Ana, estáis jugando, tú aclara eso de que no todos sabéis todo de todos, y acaba esto de una vez" - se dijo a sí misma.

— Vale, yo nunca me he sentido atraído por una persona del grupo, y no he sido correspondido.

Cepeda, Aitana, y ella misma dieron su trago correspodiente, pero la morena no se conformó con eso, prefirió beber mientras mirada a los ojos de la chica que tenía en frente, Miriam.

— ¡Pero qué haces Ana! ¡Para qué bebes si has hecho tu la pregunta! - vociferó Aitana.

— ¡Porque es cierto!

— Pues a ver hecho otra pregunta, de verdad, que poca picardía.

"Pues lo que se me ha ocurrido, no haberme puesto en esta situación"

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"Segunda vez que me acerco a Ana a preguntar qué es lo que la pasa, pero yo ya no puedo más."- pensaba la gallega cuando se acercó a la otra.

— Explícame, que es eso de que no eres correspondida, porque ya me dirás tú quién no se fijaría en tí, y no me salgas huyendo, te lo pido por favor.-pronunció al llegar a su destino

— Pues ya ves, supongo que cuando la persona que quieres tiene novio, se dice que no eres correspondido, ¿no era así?

— ¿Qué dices Ana? Sólo Roi y yo tenemos pareja en nuestro grupo.

— ¡Anda mira, si al final no va a ser tan tonta!

— Estás muy borracha tía, bueno venía a decirte que en dos semanas me iba a Galicia, y que no quería irme sin saber qué estás bien.

— ¡¿QUÉ?!

— ¿Me vas a contestar?

— Pues mira, te voy a contestar, para qué mentirte, estoy como el puto culo, mira ya que estamos te lo voy a decir, estoy harta de tener que preocuparme por cada cosa que pasa en tu relación, cuando lo que realmente quiero es formar parte ella, y estoy harta de que seas tan gilipollas que no te des cuenta de las cosas. Ahora que ya sabes cómo me siento te puedes ir a Galicia, y te puedes ir a Albacete.


Hoooolaaaa, perdón por tardar tanto en actualizar me está costando un montón buscar hueco para escribir, así que ya sabéis que no voy a poder escribir tanto como me gustaría.

Podéis ponerme en los comentarios ideas, o cosas que os gustaría que pasasen, además de vuestra opinión etc etc, GRACIAS UNA VEZ MÁS POR LEER ESTO 💞

Entre mil piezas ||  🍂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora