Teen Love

Capítulo 13.

Oscuridad. Oscuridad. Más oscuridad.

Ni un solo rastro de vida. Vanessa estaba sola. Completamente sola. O eso creía ella, pues al girarse observó una figura, de rostro enmascarado por la oscuridad. La figura mostró en su mano un bidón de gasolina, acompañado de una caja de cerillas. Vanessa no podía moverse, era incapaz de hacer cualquier cosa que no fuera observar como la extraña persona la encerraba en una tumba de fuego, cuyas llamas iban acercándose cada vez más a ella. No sabía que le hacía más daño; si las llamas o el no poder saber por qué todo esto. Asustada, repiró de tal manera que un mareo la tumbó en el suelo. Segundos después, el ruido del despertador interrumpió su pesadilla. Se llevó una mano al pecho, y confirmó la aumentada velocidad de las palpitaciones de su corazón. No entendía nada. "¿Que acaba de pasar?" se decía constantemente.

Al entrar al baño, se miró en el espejo, diciéndose que era solo un sueño, que no tenía nada que la perturbase de tal manera. Menuda manera de empezar las clases de nuevo.

Salió de casa a esperar a Louis (sin él estaba segura de que no encontraría el camino). Ya no vivían al lado, pero seguían estando cerca uno del otro. Con cinco minutos de retraso, como era normal, llegó el chico. Este intento abrazarla, pero ella se negó. Señaló a su ventana.

- Se cree que soy tonta o algo, pero sé que esta mirando, y sería algo... incómodo.

- ¿Madruga solo para vigilarte?

- Anda tira, que llegamos justos.

Y comenzaron su camino, un camino entorpecido por las bromas de Louis, las risas de Vanessa y las miradas mutuas.

Al llegar, Louis comenzó a explicarle a Vanessa todo lo que debía hacer. Entre los pasillos se toparon con un muchacho rubio, no muy alto, que en cuanto vio a Louis se abalanzó sobre él

- Vaya, Lou, ¡Cuánto tiempo! Cuando supe que venías, no me lo pude creer

- Vanessa -comentó Louis- Este es James. Es el mejor y más gilipollas de los amigos que he tenido nunca.

James miró a su amigo

- Lou, ¿Es ella?

Louis asintió. Vanessa estaba sonrojada. Era muy tímida, y casi nunca hablaba con nadie. Sonrió de manera que se notase, pero no demasiado.

- Parece maja - comentó el rubio -. Me cae bien. Me quedaría hablando, pero no llego a geografía y la vieja me echará una bronca enorme... ¡ADIÓS! -Exclamó mientras corría con un fajo de libros bajo el brazo.

Tras la interrupción, siguieron con su tour por el recinto escolar. Llegaron a la taquilla de Vanessa cuando se escuchó una voz femenina.

- Hola Louis

Esa chica medía alrededor del metro setenta, tenía cabello pelirrojo recogido en una trenza y unos ojos marrones con tonos verdosos

- Hace mucho tiempo que no sabemos nada sobre ti.

- Hola, Loren... Pensaba que seguías obsesionada conmigo...

- ¿Perdón? - dijo Vanessa. Ya tenía una enemiga.

- Hola, tú debes de ser su... ¿Hermana?

Sin decir nada, Vanessa contestó a la pregunta besando a Louis, cosa que pilló desprevenido al adolescente. Tras el beso, Vanessa sonreía de forma pérfida. Louis también, pero con cara de idiota.

Loren sonrió, dijo a Vanessa que estaba encantada de conocerla, y se fue, con unos andares que hicieron girarse a todo un grupo de adolescentes en fila.

- Es muy maja cuando se la conoce eh - dijo Louis.

- Puta - contestó Vanessa

- Un poco, pero es maj....

- Pu-ta.

Se miraron. Rieron. Se abrazaron. Fueron a clase.

El resto del día se dedicaron a conocer profesores, recordar personas que habían sido esenciales en la infancia de Louis, pero que ahora ni recordaba.

Al acabar las clases, volvieron juntos a sus casas, y en la puerta de la de Vanessa, Louis la abrazó e intentó besarla, pero recordó los ojos que asomaban en su ventana.

- ¿Sabes? -dijo Louis- Hoy me has hecho reír bastante.
- Bueno, tu siempre me sacas sonrisas, de algún modo tenía que devolvértelo...

- Ay de verdad... -sonrió- Recuerda el día de hoy, ¿Vale?

- ¿Por qué?

- Porque hoy comienza un año inolvidable.

Tras un alargado abrazo, se despidieron hasta la mañana siguiente.

Aquella noche, la mente de Vanessa metió en sus sue