La verdad

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Un día caluroso llegamos a nuestro destino, para mi asombro, el fin del mundo existía tal y como cuentan las leyendas, el horizonte desaparecía en la lejanía dejando en cambio un abismo de oscuridad infinito y hermoso, a la vez que frío y aterrador. Al llegar la tarde nos encontrábamos lo suficientemente próximos, como para que descubriéramos impactados, como el agua acababa desapareciendo al caer por una enorme cascada, entonces la corriente nos empezó a arrastrar hacia la monumental caída de agua, para mi sorpresa cuando llegamos casi al filo del abismo, los piratas consiguieron anclar el barco de manera que, tan solo el morro asomase al vacío.

-¿Ahora qué?- Pregunte expectante.

Mi pregunta tuvo respuesta inmediata, pues por arte de magia, una brecha de luz se abrió en aquel vacío helado, una voz masculina y amenazadora resonó en nuestros oídos.

-¿Quien osa perturbar mi soledad? - preguntó el dios Váruna.

-Soy el capitán Daryam el compasivo y vengo junto a mis hombres para ofrecerle el sacrificio de Shashi luz de luna.

Sin más dilación una mano gigantesca formada por agua salió de la grieta, y extendió la palma.

-Ven conmigo Shashi luz de luna - le dijo el dios a Gloria. – Te convertirás en mi

esposa y me harás compañía en este inhóspito lugar.

Gloria temerosa de la ira de un dios, me miró apenada, acababa de comprenderlo todo, la razón por la que los piratas nos habían acogido era, porque necesitaban a Gloria, para que el dios la tomase como gustara. Tenía que impedirlo como fuera, las sirenas lo sabían y por eso me habían entregado aquel arco tan poderoso, más poderoso incluso que un dios.

Entonces Gloria temblorosa se encaminó hacia la mano del dios quien la cogió suavemente por la cintura.

- ¡No! – Grité mientras desenfundaba el sable -Gloria no va a ningún lado. - sentencié.

- No puedes impedirlo, si lo haces todos moriremos- me advirtió el capitán.

-Todo este tiempo nos habéis estado engañando- le dije con desprecio, mientras me abalanzaba contra él con el sable en la mano.

Todos los piratas a la de una, se me echaron encima, impidiendo que atacara al capitán, no podía luchar con tantos a la vez y aunque conseguir herir a más de uno, no tardaron en reducirme y amenazarme en el cuello con una machete.

Desde la madera putrefacta del suelo del barco pude ver como el dios introducía a Gloria por la ranura de luz y luego se cerraba para no volver a abrirse.

! Noo! – grité antes de perder el sentido, a causa de un golpe recibido en la nuca por parte de uno de los piratas.

Desperté maniatado en la bodega. No sabía cuánto tiempo había pasado, pero tenía que rescatar a Gloria antes de que fuera demasiado tarde, así que cogí un cristal que estaba cercano a mí y comencé a cortar mis ataduras, entonces escuché pasos bajando la escalera de madera que conducía al exterior, dejé de cortar la cuerda que me retenía, para evitar que descubriesen que estaba intentando escapar; los pasos cesaron justo en frente mía. Al alzar la vista descubrí que se trataba del capitán que me miraba apenado.

- Lo siento Bhaskara, pero es algo que tenemos que hacer, sacrificamos una de nuestras mujeres que se ofrece voluntariamente cada año, para que así ningún ser como el Makara nos ataque durante nuestras travesías, o para que ninguna tormenta nos hunda el barco, este año era mi hija menor la que se iba a sacrificar, pero falleció antes de llegar a la isla, la mañana de antes apareció muerta sin más sobre su jergón- me confesó entristecido- El mundo es inmenso, más de lo que puedas imaginar quédate con nosotros y vive un sin

fin de aventuras, conocerás a muchísimas mujeres iguales o incluso más hermosas que Shashi.

Todo aquello era paradójico, durante toda mi vida había soñado con vivir semejante aventura, tenía la oportunidad en aquellos instantes de pasar el resto de mis días como siempre había soñado, pero mi vida había cambiado, y ahora tenía un nuevo sueño, Gloria. No merecía la pena vivir sin ella.

-Eres un mentiroso - le dije con asco.

-En unos días recapacitaras muchacho - luego el capitán se marchó, dejándome solo de nuevo.

Aproveché mi soledad para desatarme del todo, luego subí a la armería, me enfundé un machete y cogí el arco y las flechas, apresurado subí a la cubierta, tenía que encontrar una forma de abrir una brecha en aquel oscuro vacío. Así pues subí de nuevo al carajo y até una cuerda al poste de madera, luego me até la misma cuerda a la cintura. Salté, me quedé colgando del carajo, los piratas me vieron y comenzaron a subir para atraparme, entonces comencé a balancearme impulsando las piernas contra el poste de madera donde se sostenía el carjo, conseguí la suficiente propulsión como para con unas de mis flechas llegar al vacío y clavarla, de forma que al soltarme de la cuerda y resbalar sobre aquella pared vacía, consiguiera abrir una raja lo suficientemente grande, como para pode entrar en la morada del dios. Una vez dentro dejé la flecha ahí encajada, para poder volver a salir cuando rescatara a Gloria. 

VárunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora