Váruna

Náufrago

Desperté en un sitio desconocido, me dolía todo el cuerpo, miré a mi alrededor, a mi parecer me encontraba en una cama de hospital rodeada por unas cortinas blancas, intenté levantarme intrigado, pero caí al suelo sin fuerza alguna, me encontraba muy débil y dolorido, miré mis brazos y piernas, estaban tan delgados que solo había hueso y piel y esta contaba con numerosas quemaduras producidas por el sol.

-¿Dónde está Gloria? – pregunté desde el suelo mientras intentaba llegar a las cortinas para abrirlas.

Rápidamente dos enfermeras llegaron a mi cama y entre las dos me volvieron a meter en ella.

-¡Doctor!, el náufrago ha despertado - dijo una de ellas.

-¿Náufrago? - Pregunté.

No entendía nada de lo que estaba sucediendo, hacía tan solo unos minutos era el rey del mar y me dirigía hacia un nuevo hogar junto al amor de mi vida, y ahora me encontraba en un hospital en estado moribundo. El doctor llegó hasta nosotros.

-Es normal que estés desorientado, llevas nueve meses naufragando por el mar en un bote, has sido el único superviviente del buque Almantot.

- ¿Y Gloria? – pregunté cada vez más mareado.

-Creo que se refiere a la chica burguesa que iba como pasajera- dijo una de las enfermeras.

-Ella y su hermano murieron devorados por los tiburones en el mismo bote en el que tú pasaste los nueve meses, tuviste suerte.

- ¡Eso es imposible! – nervioso les relaté toda mi aventura, les conté como los piratas nos rescataron de una isla hermosa pero sanguinaria, pasando así la primera de las tres pruebas que nos condujeron una vez que hubimos pasado la de las sirenas y vencido al Makara, hasta la morada del dios Váruna al que matamos convirtiéndolo en cristal.

–Lo siento chico, pero todo esto que nos has contado es producto de tu imaginación, durante los nueve meses que permaneciste a la deriva, tu subconsciente se

inventó una historia fantástica al no poder soportar el horror que estabas viviendo.

Los recuerdos afloraron en mi mente, recuerdos de nueve atroces meses viajando solo en un bote ensangrentado y con rumbo a la deriva.