Escrito l

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— Escritos bergas.

¿Quién dice que amarte fue en vano?

Todavía recuerdo los momentos que pasamos en conjuntos, cuando caminábamos los dos en frente del cabildo mientras te enseñaba las maravillas de mí casa, cuando aún nos amabamos. Tus palabras llenas de amor; de un real amor.

¿En qué momento dejamos de sentir aquello?

Talvez en el mismo momento que dejamos de intentar en la relación, cuando los –¡Buenos días!– ya no significaban más que una prueba viviente de nuestra farsa. Cuando el –¡Te amo!– dejo de significar algo y se volvió una palabra monótona y repetitiva en nuestra marchita y dañada relación.

En el momento que todas aquellas caricias  ya dejaron de producir la misma chispa para tí, porqué talvez en esos momentos hubiera dolido menos el adios, tú – Good bay.– que significa el fin de una bonita relación. En dónde, ninguno de los supo cómo seguirla luego de las mentiras, del desengaño, del dolor.

Leo las cartas que me enviabas antes del fin y pienso ¿Cómo pude ser tan boba? Porqué en esas cartas hablabas palabras bonitas, llenas de cariño, de verdad. Me llenó de nostalgia y no puedo evitar sentir como mis mejillas son bañadas por lágrimas, que aún no sé interpretar.

OH, como hubiera deseado no sentirme traicionada por tus palabras. Por tus acciones, por haberte robado algo preciado para tí; aparte de haberte llevado mí corazón contigo. Talvez nunca leas esto, pero debo de confesarlo, debes de saber qué... – aún te sigo amando, queriendo... Y qué mí odió es una farsa. Qué aún sigo rota por nuestro adiós, pero que mí orgullo no me permite volver contigo.– Lee aquellas palabras y se muerde el labio inferior de manera insistente.

Sabía que no volvería a escribir aquella carta, quería creerlo. Pero, muy dentro suyo sabía que no era cierto, que escribiría mil de aquellas cartas, y que ninguna llegaría a manos de la persona a las que se las dedicaba. Porqué ella no lo permitiría, no dejaría que nadie entregué sus cartas escritas a mano.

Al terminar de escribir todo deja las iniciales de su amor imposible, de un amor que sabía no sería posible.

A.K.

Tras terminar de leer hace la carta un bollo y lo lanza a la basura.

– Idiota.– murmura para sí misma y agarra otro papel.

Porqué esa no sería la primera no última vez que escribiría sobre sus sentimientos.

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