lonely × jiminharem

♥️ capítulo cinco ♥️

—Estoy completa y increíblemente seguro de que eres tú.

¡Oh! Eran pocas las veces que JiMin podría relatar que sintió esas ganas de escapar tan profundas y extensas. Solo quizás esa vez que temía volver a encontrarse con YoonGi a los días de haber roto. Aquellos parecieran ser recuerdos bastante oscuros. De hecho, recuerda haberle pedido a JungKook un botón de pánico para cuando sintiera que no podía más o que todo le estaba superando. Qué dramático era — no había cambiado mucho —, pero él sentía que era necesario. En ese instante, mientras miraba al chico frente a él, sentía que todo era mucho. Se preguntaba en qué había fallado, si es que había dejado una pista al aire. Se decía cuidadoso, se decía preocupado. ¿Qué había pasado? Deseaba tanto ese botón de pánico ahora.

—No sé de que hablas. — respondió intentando que su voz no se cortara.

El desconocido se inclinó hacia el, logrando que por inercia JiMin se alejara y sin querer le cediera el paso a su habitación. Justo ahora, cuando no hay nadie, pensó. Buscó entre sus bolsillos su teléfono, pero no lo encontró, lo había dejado encima de su cama. Se golpeó mentalmente mientras cerraba la puerta tras de sí. Si es que se formaba un escándalo, mejor que fuera a puertas cerradas.

—Sabes perfectamente de que hablo— Jimin vio al chico sentarse en uno de sus sofás , mientras lo miraba con cara de superioridad tras decir la frase.

—No realmente no lo sé y estoy a punto de llamar a seguridad. — la expresión serena de su rostro cambió a una tierna sonrisa, de esas que ponía cuando le contaba a sus trabajos la verdad.

—Sabes perfectamente de que hablo "electraheart" o "homewrecker", ¿cómo prefieres que te llame?

Botón de pánico, botón de pánico, botón de pánico. Solo dos posibilidades: seguir fingiendo inocencia o demostrarle que con el no se anda con esos juegos, arriesgándose a algo peor, ya que no conocía sus verdaderas intenciones. Podría tratarse de cualquier cosa, como un matón enviado por una de sus antiguas victimas como una especie de venganza. La segunda opción, a pesar del peligro, fue la ganadora.

—¿Quién te crees que eres para venir a hablarme de aquella forma?

Una metamorfosis en segundos. La tierna y asustada mirada cambiada por una fuerte y penetrante, hecho que causó el cambio de expresión completa en su rostro. Un transparencia completa, el frío ser exteriorizado. El JiMin que posa coronas negras en las cabezas de las personas.

SeokJin no pareció asustado, menos intimidado. Una sonrisa algo lunática fue la prueba de ello. Admiración en su esplendor que se reveló en la reverencia que le hizo al chico frente de él. SeokJin era alguien extraño, pensó JiMin.

—Tú mas grande fan. — fue su corta respuesta.

El cambio de hora fue avisado por una cantidad enorme de estudiantes caminando por el centro de la facultad. Algunos corrían a sus casilleros en busca de los útiles necesarios para la siguiente hora que comenzaba en minutos, otros caminaban lento debido a su tiempo libres y unos pocos intentaban recordar la información que mantenían en pequeños papeles para un examen próximo. JungKook por su parte, descansaba apoyado en su casillero. Un cuaderno en una mano, la otra sosteniendo su teléfono. Tenía algunos minutos de sobra, ya que el profesor de dibujo siempre tardaba en llegar así que podía caminar en paz sin tener la necesidad de atravesar ese gran tumulto de personas.

En cuanto terminó de mandar los mensajes que debía, guardó su teléfono en el bolsillo de su chaqueta de mezclilla. Era una chaqueta cara que había conseguido de regalo en uno de sus trabajos como modelo. Generalmente le regalaban ropa además de un jugoso fajo de dinero, otras veces era maquillaje, también zapatos. De pendía de la agencia para la cual modelara. A pesar de que le iba bastante bien, no era su real pasión, no así como lo era el arte y las cámaras fotográficas. Estar en el otro lado del lente le había enseñado bastante, pero para él no había lugar mejor que detrás de la cámara. Elegir el escenario, captar la fotografía haciendo lucir su pensamientos y sentimientos en ella era lo que le agradaba.