CAPÍTULO II

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Caperusita emprendió el camino al hospital bailando y cantando Amorfoda y otras canciones de reggaeton, como acostumbraba.

CAPERUSITA: no quiero que más nadie me hable de amoor - cantó alegremente.

Apenas se encontraba en La 27 cuando se encontró con un chico de tez morena y apariencia ruda, el chico se le hacía conocido.

EL LOBO: klk caperusita, Brayan Pérez a tu servicio

CAPERUSITA: -pone cara de duda- quién?

EL LOBO: Brayan Pérez, vamo' al mimo' liceo -caperusita negó con la cabeza- me dicen El Lobo.

CAPERUSITA: ahh, lo hubieses dicho antes, pero que haces por aquí?

EL LOBO: acabo de atracar a una viejita, pero a dónde va' tu tan rápido?

CAPERUSITA: al Dario Contrero a visitar a mi abuela, que está enferma.

EL LOBO: que apero mi hermana pero... ¿donde queda el hospital en el que está doña Mercedes? - preguntó El Lobo.

CAPERUSITA: en Las Américas,  en la calle Club Rotario, en Santo Domingo Este - dijo sin sospechar que el Lobo ya se deleitaba pensando en todo el dinero que le sacaría a su abuela.

El Lobo ya había decidido atracar a Caperusita, pero pensó que seria mejor robarle a doña Mercedes.

EL LOBO: de seguro que la doña tiene más dinero que esta niña, pero les robaré a ambas, mientras más dinero mejor -se dijo mientras ideaba un plan.

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Caperusita Roja 2018 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora