Capítulo 8
El día en que mi papá nos dejó, se murió el concepto de hombre bueno que yo tenía de él.
Mamá fue una mujer abnegada y apegada a lo que papá decidiera, pero a pesar de sus pensamientos machistas, yo siempre fui rebelde. Papá me trataba de la misma manera que trataba a Oscar. Amaba a mi papá, pero enterarme que tenía otra familia, que tenía más hijos y que ellos vivían mejor que nosotros... bueno, pues no fue lo más grato del mundo.
Mamá lloró mucho y por mucho tiempo tuvo una depresión horrorosa, pero, al final, terminó guardándole luto el resto de su vida a alguien que no había muerto. Eso me enfureció, y me prometí que nunca sería igual que ella. Nunca.
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- ¡Raquel!
No voltees, es más, es una mala broma de tu subconsciente que te hace escuchar la voz de Estefania.
- ¡Raquel!- camino un poco mas rápido- ¡Raquel! ¡No te hagas la tonta, sé perfectamente que me oyes!- me paro en seco y la confronto.
- Si, te escucho. Pero no quiero voltear a verte porque sigo enojada contigo Estefania. - Regreso a mi camino y dejo descolocada a mi hermana en la calle.
Me subo a mi coche, que por fin se dignó a mandarme el imbécil de Pablo. Adivinaste, la maldita secretaria me lo envió. Apareció el viernes en la tarde, junto con una nota tipografiada de saludo. Romántico.
En estos momentos voy a ver a mi amiga Ana, nos quedamos de ver en una cafetería en el centro de la ciudad. Ella quería que nos tomásemos unas copas, pero, dada mi tolerancia al alcohol en los últimos días y mi lengua suelta, mejor no.
Estaciono el auto cerca y cruzo la calle. La veo ahí, sentada en una de las mesas que tiene vista a la acera. ¿Platica con alguien?
Llego rápido a la entrada y le doy a la señorita mi nombre. Me conduce a mesa, y veo a mi amiga, mi compañera de locuras, ahí, sentada con un hombre atractivo.
Llego y la saludo efusivamente.
- ¡¡Ana!! ¡¡qué guapa!! ¿Hace cuánto? ¿Un año? - ¡¡Sí!! ¡¡Te ves increíble Raquel!! ha sido un año y medio.- tiene la sonrisa más grande que le haya visto en mucho tiempo y eso me alegra- Raquel, él es mi prometido, Fabian.
El hombre de casi un metro noventa se levanta y extiende su mano. PROMETIDO. La gran palabra, el gran paso. ¿Está loca?
- Mucho gusto. He oído mucho de ti.
- Espero que solo sean cosas buenas.
- Te lo aseguro.
El café se transforma en una muy agradable cena. Fabian es el tipo más lindo que haya conocido y Ana... pues está enamorada hasta los huesos. El amor les salta de los ojos y de todas partes... no se quitan las manos de encima.
- Raquel... te quería pedir un gran favor. Ambos queremos que seas mi dama de honor.
- ¡¡Encantada!! ¡¡Claro!! ¿Cuándo es la boda?
- en tres meses.- Aspiran los dos al mismo tiempo y presiento que lo que sigue es algo un poco más fuerte.- Ana mencionó que tu novio y tú son una pareja sólida. Queremos que sean nuestros padrinos de anillos.
Han escuchado la dulce melodía de un violín y de pronto un chillido. Eso pasó. Mi cara ha de tener tal expresión, que juro por dios que ellos no esperan lo que les voy a decir.
- Ahh... yo... bueno... Carlos y yo... ya no somos pareja.
Silencio. De los incómodos. Mierda.
- Bueno... podemos…
- Si tengo una pareja para ese entonces... ¿ Nos aceptarían a ambos?
Veo el titubeo en sus rostros y después de un momento Ana habla.
- Sí, claro. Pero, por favor, dinos con uno mes de anticipación el nombre... para ponerlo en las invitaciones.
- está bien. En dos meses les tengo el nombre.
- ¿y si no encuentras a alguien Raquel?
- pues ponemos solo mi nombre y compañía.
Después de repasar mis opciones para que no se ponga y compañía en la invitación, decidimos, poner a un buen amigo de Fabian. Quien, al final, nos dejó platicar a ambas solas, para que nos pusiéramos al corriente de todo.
- ¿QUÉ CARAJO PASO ENTRE TÚ Y CARLOS?- dijo mi amiga en cuanto desapareció de nuestra vista su futuro esposo.
- ASH. El muy puto me puso el cuerno.
- ¡No me digas! ¿Cómo estás?
- Mejor que nunca Ana. La verdad es que no estábamos muy bien. Ya no había amor.
- ¿Hace cuánto pasó?
- ocho días.
- Deberás estar destrozada Raquel.
- Me acosté con alguien más al día siguiente y antier salí con otro. Claro que no estoy hecha una mierda. Me la estoy pasando muy bien.
Mi amiga me mira pasmada. Pero ella me conoce y sabe la lucha interna que tengo. Que si uno es un pendejo, que si el otro está bien bueno, que si uno solo me cogió y se fue, que si el otro me manda florecillas, pero ni me besa; que si el otro ya no me habla.¡Pfff!
- Ándate con cuidado. Lo que mal empieza, mal acaba.
A las once de la noche, estoy de regreso en mi apartamento, y durante todo el trayecto estuve repitiendo un mantra: MANDA A TODOS A LA MIERDA.
Me pongo mi pijama de florecillas. En vez de un pantalón, parece una blusa hawaiana enorme enredada en mi cadera. También un top color verde que no combina para nada
Necesito relajarme. Tomo mi tapete pasa el yoga y lo pongo en medio de la sala, la música en el reproductor y comienzo a estirarme. después de una hora caí rendida, me di una ducha y cambie mi ropa de nuevo, por unos pantalones exactamente iguales y un top blanco.
Me acuesto cómodamente en mi cama king size y entro en los brazos de Morfeo preguntándome, ¿ a quien carajos voy a llevar a esa boda?¿Por qué abrí mi gran bocota?
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La Decoradora
RomanceRachel... perdón, Raquel Gonzalez, es una decoradora de interiores y exteriores, quien tiene a su novio, un trabajo estable y una familia perfecta. ¡Mierda, no! Odia el estúpido apodo que le ha puesto su hermana, su trabajo pende de un hilo y la rel...