Capítulo 17

6.4K 616 10
                                        

- ¿ Raquel? ¿Estas bien?- me dice Santiago, sacandome de la puta pesadilla que tengo delante de mi.

- Sí, estoy bien.... yo... solo...

- Parece que has visto a un fantasma.- me dice inspeccionando mi rostro. Es ahí, de la nada, que lo acaricia amablemente. Muy amable.- Estas pálida.

- Ha de ser el sol.

- Sí, seguro es eso.

Los novios llegan y Santiago se encamina al interior del recinto, dejándome ahí, con las demás damas y los padrinos. Entre ellos Joel.

Levanto un poco la mirada, y ahí está, viendome fija y lastimosamente. La rubia se ha ido al interior del lugar, así que le sostengo la mirada. ¿No sabe que acabo de meter a un pendejo a la cárcel? Seguro puedo meter a otro, acusado de falsas esperanzas y no dar ni una sola puta llamada o contestación de mis mensajes. Al fin que tengo al abogado sexy de mi lado.

Después de unos segundos de miradas retadoras, sale el padre y nos encamina a todos al interior para dar la misa.

Todo fluye bien, digo, nunca he sido muy creyente y esas cosas, pero ha sido hasta el momento, una bonita misa. Todo hasta que piden los anillos. Saco la cajita con el anillo del novio y Joel, ( ¡¡si, Joel!!) da el anillo a la novia. ¡¡Tragame de una vez tierra!! ¡¡ Dios, llevame ahora!!

Solo a mi me pasan estas cosas. El mundo es una pinche canica y entre todos se conocen, o yo tengo la peor suerte del planeta. 

Después de unos 20 minutos, la misa concluye y ni de coña (cómo dicen mis amigos españoles) voy a la fiesta. No. Me niego.

En la salida, está Santiago, esperándome, debo admitir que el wey este es sexy. Tanto que, casi cómo Joel, se llevan las miradas de todas.

Llego al lado de él y cuándo estoy dispuesta a decirle que ya me lleve a mi casa, Ana, me súplica (literal) para que haga toda esa mierda de las fotos... en el salón, y yo acepto después de mucha insistencia, al tomar mi camino de vuelta  con Santiago, observo detenidamente como este mira hacia un lugar con mirada retadora, de esas que dicen "Voy a partirte la madre" y siguiendo el curso de sus ojos, me guían a Joel. Ay no. Esto si que es mucho drama. Cuando llego

- Raquel, creo que ese hombre de por allá- dice señalándolo con las mirada - te conoce.

- Ah, sí- digo restando importancia- sólo es un ex compañero de trabajo, ¿ quieres ir a la fiesta? o trabajaras?

- Soy tuyo todo el día Raquel, ¿Lista para irnos?

Trago saliva y asiento con la cabeza. Por dios, estoy tan nerviosa... No, el nerviosismo no proviene de Santiago, si no de Joel. Nos encaminamos al coche, Santiago pone una de sus manos en mi cintura para guiarme y, no lo puedo evitar; doy una pequeña mirada hacia atrás para ver que el que posiblemente sea el amor de mi vida, me está aniquilando con sus ojos.

************************************

- Ahora, quiero una foto de los padrinos y las damas, por favor, ponganse en parejas. - Dice el puto fotógrafo. Lo Odio.

Al parecer entre todos se conocen, pero yo a ellos no, lo que hace que pueda conseguir una pareja rápidamente. Veo ahí a un hombre descuidado y cuando estoy apunto de hablarle...

- No se te ocurra Raquel, tú te vienes conmigo. - Dice demandante y algo agresivo. Me jala del brazo y pongo cara de "¿Me sueltas?" - Ni creas que te dejaré ir - espeta- Se supone que vendrias sola.

¿Eso es un reclamo?

- Y se supone que tu contestes el puto teléfono. Pero en estos días no hay nadie que haga lo que predica.

- Yo nunca dije que te contestaría el teléfono.

- Peor aún. Podrías haber tenido algo de curiosidad, o preocupación. El dolor sería menos si esos mensajes que te dejé en Facebook no aparecieran como vistos.

El fotógrafo termina de sacar la última foto y yo me voy directo a la mesa, dónde está la rubia de Joel platicando con Santiago. ¿No le basta con tener a su lado a mi hombre? Ahora quiere a mi compañero. Pinche zorra.

¿No te mordiste la lengua Raquel?

- Hola- digo en modo perra hostil a la rubia. Le dedico una sonrisa falsa, la cual me contesta la muy hija de perra. Sí, estoy celosa y enojada.- ¿Y tú eres...?

- Ella es Sámara.- dice Santiago un poco nervioso por mi reacción.- ella es la acompañante de tu ex compañero de trabajo.

No me digas.

- Mucho gusto. Santiago, yo creo que nos vamos.

- Oh, vamos... Quedense un poco más, Ana y Fabián tienen una sorpresa preparada en la boda.- aclara con una sonrisa dirigida a mi acompañante.

¿Y a esta quien la metió?

- No, gracias. - la ignoro deliberadamente y me dirijo a Santiago.- por favor...

- Raquel, ¿Te vas por que te incomodo o por que estas celosa?- dice Joel quien ha llegado hace poco para seguir chingando.

- Vete a la mierda Joel. Me voy por que no te quiero ver, por que eres un imbécil y por que me da la gana. ¿como vez?

De pronto, la voz de la novia me despierta del trance de miradas enojadas que estoy sosteniendo con Joel.

- Raquel!! Oh, por dios!! ya estoy casada!!... todo bien??- Dice Ana, quien me saca de mi estado pre-histerico.

- Si, aquí, Raquel, que quiere irse.- dice Joel abrazando a la rubia descarada.

- ¿Por qué? No te gustó? ¿es por que no tienes pareja?

- No, no era por eso, era por que... por que... - Dos pueden jugar este juego- mira, pensándolo bien, no tengo idea por que quería irme. Pero te aseguró que ni vengo sola. El es Santiago, mi...mi...

- Soy un muy buen amigo.- responde mi abogado, quien creó que ha ligado con la rubia que no le quita los ojos de encima.

La vida no puede ser así conmigo.

- perfecto!!

Después de una platica de vestidos y nerviosos novios, seguimos con la fiesta. En nuestro mesa se encuentra también Joel y su rubia.

Mientras Santiago y ella hacen migas riendo y platicando, el amor de mi vida y yo, hacemos un muy buen trabajo ignorandonos.

En el momento del brindis, digo palabras de aliento y luego escucho a Joel decir algo acerca de la confianza y la fidelidad.

okey, esa sí que fue una pedrada enorme. Por lo que me pongo de pie de nuevo y ya con algo de alcohol en muy torrente sanguíneo digo:

- Si, ya se que estoy de nuevo. Solo quiero agregar algo a mi discurso anterior, Fabián: Habrá momentos en los que ella no sea perfecta, Ana: El tampoco lo será, pero les aseguro algo, si el amor que tienen es verdadero, y de verdad sienten algo fuerte; harán lo necesario, lucharán y por ello y nunca se daran por vencidos. Uno se puede equivocar, pero una relación es de dos y ambos tienen que trabajar en ella... Felicidades y que sean felices.

Después del brindis, casi corro al baño a llorar. Creo que me he dado por vencida, Joel y yo no somos los indicados; tengo que avanzar.

La DecoradoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora