De León a Lobo

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Desde que hablé con Stuard no he dejado de pensar en lo que he hecho con su vida, siento como si realmente yo tuviese una especie de don destructivo que convierte la mejor de las virtudes en la peor de las desgracias. Me siento extraño al experimentarme con tanto poder sobre las personas, como si fuese el amo del mundo y al mismo tiempo, mi esclavo más grande. Enserio pienso sobre porque las personas me asignan tanto poder, si ante mis propios ojos no puedo dejar de admitirme un príncipe de lo más estupido.

Lo pienso, yo deseo no ser tan malo, pero al indagar llego a la conclusión de que el único que nunca se ha rendido ante mis caprichos burdos es Macca...con el ha sido al revés, como si yo fuese un intento de León qué se ve rendido ante los pies de un niño. Un niño sumamente perceptivo que no pertenece a la especie humana y que prácticamente es algo más que solo un niño. Cabello castaño, mirada bondadosa, ojos grandes y bonitos. Un niño fuera de todo lo que alguna vez se ha rendido ante mi. Esa es la explicación más lógica que encuentro hacia el hecho de que no pueda contra Mccartney, el es un niño tan fuera de este mundo terrenal que es prácticamente imposible que caiga ante los embrujo y banalidades de un león acostumbrado a todos los males.

En cambio, cuando pienso en Stuard, pasa algo sumamente curioso al tratar de invertir los roles, pues cuando pasa, yo soy aquel niño frente a un león. Esto claro como una cuestión meramente de comparación, pues si soy honesto, en el caso de Stu y yo  se siente más como una fachada. En nuestra situación, admito que yo no me siento fuera de la especie humana sino como una especie de lobo depredador que busca satisfacer el deseo de absorber toda la sangre que se pueda, mientras que Stu juega el papel de una oveja aterrada y desterrada del reino divino que busca con desesperanza que alguien le muestre el camino. En si veo mi situación con Stu como algo muy diferente de lo que sucede con Mccartney, paso de un portal a otro con mucha facilidad, siendo dos personas mi puente de transformación de León a Lobo.

Al ir caminando me sorprende mucho como es que mis pensamientos y mis acciones parecen cosas incompartidas. Como si cerebro y cuerpo no estuviesen conectados y cada cual actuase por su propia cuenta. Como si no fuese la misma persona, es extraño porque que en si mi cabeza trata de ser sensible y reflexiva, pero mi cuerpo simplemente es cínico e inexpresivo. Básicamente se lo que debo hacer por cuestión de obviedad pero mi cuerpo parece no responder a lo que es obvio y siempre busca algo más, una chispa o un final de partida que de un zarpazo final a todo de manera tal que todo tenga significado. Eso me desconcierta y me hace cuestionarme si en realidad existe algo más profundo o no hay más que obviedades.

Pienso y no dejo de pensar mientras hago algo que para muchos me sería impropio...tumbarme a escuchar música clásica. Creo que en si lo único que puedo decir ante todo esto es que la música clásica hace que la vida parezca menos pesada...eso dijo Macca y yo le creo, pues compruebo que tiene razón.

Where the winds hit heavy on the borderline (Mclennon)Where stories live. Discover now