¿Misión? ¡Yaoi!

Capítulo. 2

Holi.

Volví con más de mis estupideces(?

Me he tardado algo tomando en cuenta desde cuando llevo escribiendo este capítulo, pero me ha gustado el resultado así que aquí lo tienen.

¡Espero lo disfruten!

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Capítulo 2

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-Esto es aburrido- se quejó el otaku

-No hay nada que hacer-le siguió Uno

- ¿Nos escapamos ?- preguntó Jyugo

-Hajime está en una reunión y no es lo mismo salir sin él persiguiéndonos.

Rock tenía un punto. Y es que sus escapes estaban más centrados en molestar al guardia que en otra cosa. Siguieron mirándose las caras unos a otros sin saber qué hacer, parecía que este sería un día poco productivo, o así pensaban antes de escuchar pasos fuera de su celda. Seitarou caminaba con algunos informes por el pasillo, solo unos centímetros más y estaría frente a la celda de los reclusos. Estos tomaron su posición en la ventanilla de la puerta preparándose para las burlas habituales al pobre hombre de cabellos azules.

- ¡Oye guaperas! ¿A dónde vas? -Obviamente Uno debía comenzar con los insultos

-De-debo entregar estos papeles al supervisor Kiji-Dijo algo nervioso

-¡Oh! Vas al Ala 3 entonces -Nico se emocionó de sobremanera al escuchar eso

-Pues sí- respondió como pudo, el recluso 69 y 15 le estaban lanzando cosas de quien sabe donde

- ¡¿Podrías hacerme un favor pequeñito Seitarou-chan?!

- ¿Quieres más mangas? Porque ya debes saber la respuesta-

- ¿Es que no puede existir alguien guapo y decente? -Dramatizó Nico

- ¡Oye! Que me tienes aquí al lado - Chilló Uno

- Vamos Seitarou-chan no es nada de eso, solo quiero que llames a ciertas personitas por mi

- ¿Quieres hablar con los reclusos del Ala 3?

- ¡Exacto! Hasta alguien como tú pudo descifrarlo -Obviamente esto es un alago

- Solo diles que pasen al salón de juegos de Uno en nuestra hora de descanso

-Pero número 25 si querías algo así debiste haberme dicho antes, solo porque se lo diga a Kiji-san no significa que los traía.

-¡No seas malo! Seeeeitaroooou-chan...

Nico hizo toda clase de ruidos con su boca, comenzó a lanzar cosas por la rejilla y dio varias patadas a la puerta con tal de convencer al Tanabata, créanme ser odioso siempre funciona. Luego de unos minutos el guardia accedió a traer a los autoproclamados chicos más guapos de toda Nanba.