Capitulo 8

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NARRA XIOMARA...

Ironía, confusión y admiración. Todo encerrado en uno solo, eso sentía desde que comenzamos a entrar a este edificio hasta ahora. Quería decirle la admiración que tenía a lo que es y lo que puede hacer; por otro lado, la ironía de pensar que no estoy a la altura; la confusión que me dejo esa última pregunta del gerente del banco "¿Ya pensaste en lo que te dije?", y la respuesta de Roseh, me han dejado una intriga insoportable, la curiosidad es más de lo que pensé.

Y la puerta se abrió y frente a nosotros la cima. Nos acercamos para poder apreciar la gran vista y, ¡Dios!, las luces de la ciudad, el horizonte y para el impacto de todo, Roseh encontró una noche llena de estrellas.

- Es hermoso aquí – susurré.

- Sabía y te dije que iba a encantar – dijo acercándose a mi oído. Sentí un cosquilleo muy extremo en el estómago.

- Puedo sentir el aire recorrer mi piel, mi cabello... - me cortó la oración.

- Estoy cumpliendo el objetivo de haberte traído entonces – susurró otra vez cambiando a mi otro oído y haciendo que pueda sentir su respiración en mi cuello.

- No sé que pasa, pero tengo un sentimiento extraño en mi interior – eso apenas lo pude pronunciar.

- Yo creo que estás linda – volteé a mirarle y ver esa sonrisa que me vuelve loca.

- Dime algo que me vuelva loca – no sabría explicar como salieron esas palabras de mi boca.

Pensé que su reacción sería un escándalo después de lo que dije, pero al final resultó todo lo contrario. Él estaba relajado, con una mirada hipnotizadora, seductora; unos ojos moviéndose entre los míos y mis labios. De pronto el silencio que se había hecho se hizo notorio, aunque eso nunca fue el impedimento para lo que se vino.    

NARRA ROSEH...

« - Tengo que ser el primero»

Fue lo que dije. Por supuesto no iba a dejar que ese estúpido sentimiento intervenga ahora mismo, creo que sólo deberíamos dejarnos llevar.

Lo que me había permitido decir, fue lo que inició este momento. Xiomara se había quedado inmóvil unos segundos, creo que el impacto de lo que dije fue crucial.

Ella se acercó peligrosamente hacia mi, para terminar en un beso apasionado y desesperado por su parte. Seguidamente, comenzó con quitar abrigo y camisa.

- ¿Y si alguien sube aquí? - susurré en sus labios.

- Nadie arruinará este momento - respondió igual.

Paso que un deseo se encendió en mi, diría que es lo mismo que sintió ella cuando le dije aquella frase.

De pronto nada importaba. Las prendas se iban quitando de nuestros cuerpos, ella cada ves me besaba con mas pasión, lo que hacia que yo la comenzara a tocar y besar con mas ferocidad.

Todo se había vuelto incontrolable. Lentamente la acosté en el suelo, encima de nuestra ropa. Le sujeté una mano, y acariciaba su rostro con la otra, pues aunque con todo lo que pasaba, ella estaba nerviosa en el fondo y lo sabía.

- ¿Estas segura? - logre decir entre tanta adrenalina.

- ¿Tú no? - respondió segura.

Con delicadeza y cuidado la penetre mientras ella empezaba a gemir. La besaba, la acariciaba; la excitación y el fuego ardió en nuestro interior.

Sentirla mía era como tener todo a mi alcance, un sentimiento extraño que jamás me había tocado.

Pero para entonces ya en un fugaz  momento había pasado, lo que inevitablemente pasaría.

QUIZÁ EN UNA PRÓXIMA VIDAWhere stories live. Discover now