Capitulo 11

35 0 0
                                    

Una semana antes, una extraña se acercó a mi, diciéndome que me conocía perfectamente, por otro lado yo nunca la he visto antes. Mi vida va de mal en peor creo yo.

« - Según la información, dice que Liza Cáceres Navarro es una adolescente de 17 años. Residió un año en Los Ángeles, Estados Unidos; donde llevo un año perdido de estudio, debido a que no asistía a clases. Debido a su comportamiento, su familia decidió regresar a Perú. Desde entonces Liza no se ha visto envuelta en ningún problema... hay algo más Roseh, se cree que hubo un motivo más por el que la familia Cáceres Navarro volvió. Un motivo muy fuerte por lo visto, puesto que les estaba yendo muy bien. Su madre trabajaba como psicóloga teniendo un alto salario, mientras que su padre trabaja como subgerente de una empresa minera, claro que este último no estaba mucho en casa... »

Si, bien. Ella definitivamente era diferente al resto. No sé cómo, pero cada ves conozco personas muy diferentes entre ellas, y no muy comunes.

Ya saben, pocos conocen una hacker que ha hecho algo, y que ahora se esconde porque tiene miedo por su familia, y claro, ellos por ella también. Todo es deducción, fácil si ves el contexto amplio, como lo es en la vida real.

Tengo que hablar con ella. Eso de que sabe cosas de mi, que yo no, me ha dejado preocupado.

¿Pero que sabría, y si lo usaría en contra de mi?

Bien, es ahora o nunca. Steve averiguó donde vive, ahora estoy delante de su casa, y vaya casa. Por ahora puedo estar seguro de que dinero, no es lo que busca. Eso ya calma un poco las aguas.

Estaba en el auto con Steve, ya a punto de ir a verla.

- Steve, ¿Estás seguro de que sus padres no están en casa ahora? - pregunté a Steve. Es mejor que simplemente hable con ella y ya. Los padres a veces suelen interrumpir las cosas, lo sé por experiencia propia.

-  Si Roseh, están en el trabajo - respondió Steve, asegurando seguidamente el perimetro.

La verdad es un poco incómodo las medidas de seguridad que toma Steve. La razón es que mi padre no se lo perdonaría si me pasara algo. Algo tonto creo yo. ¿Qué culpa puede tener él si me pasara cualquier cosa?. Pero bueno, es mi padre y es así, que remedio.

Baje de auto y fui directo a tocar el timbre. Paso que ni en bien lo toque, ella abrió la puerta. Estaba allí, como esperando a que llegará, como si supiera que iba a ir.

- Liza, tú... - comencé a hablar desconcertado, a lo que ella me corto.

- No Roseh, no sabía que vendrías, al menos no hoy - dijo con tono tranquilo. Pero siguió hablando porque mi expresión en la cara era aún de telenovela - La casa tiene cámaras. Vi el auto fuera y adivina, solo tú vas en un auto así y con esa matrícula a clases.

Yo hablando de deducción y caigo en algo tan simple.

- Si, pero quien se suele fijar en las matrículas - dije, al notar ese pequeño detalle en ella.

- Pues yo lo hago siempre. Deberías saberlo, hiciste que me investigarán - respondió y, ¿Cómo sabía?... Oh claro, ella puede saberlo casi todo.

- No pensé que lo sabrías - seguí hablando, sentí un poco de vergüenza, supongo que a nadie le gusta que investiguen su vida, pero estábamos a mano.

- Debo decir que tu amigo es super invisible y talentoso. Supo evadirme y dejarme fuera para obtener lo que quiso, me sentí frustrada un momento - respondió y su expresión se hizo triste - Sentí miedo...

- Yo, no era mi intención. Lo siento - dije intentando disculparme. Y ella hizo una expresión restando importancia.

- Ven, hablemos dentro - pasé y me dirigió a su habitación.

QUIZÁ EN UNA PRÓXIMA VIDAWhere stories live. Discover now