Luffyko x Katakuri One Shot

Parte 3

─Hablar─

'Pensar'

«Otros»

Parte 3:

La noche había caído hace tiempo y sin embargo seguía allí, aburrida Luffyko observaba el reloj de la cocina, este avanzaba lentamente para ella, sus Nakama estaban dormidos excepto por Brook quien estaba en la cubierta tocando una lenta melodía que aunque pacifica la adormecía con cada minuto que pasaba, luchaba por mantenerse despierta pues Katakuri aun no regresaba.

─Tonto Katakuri─ murmuro adormilada mientras reposaba su cabeza contra la mesa, sus parpados cada vez eran más pesados pero seguía luchando por mantenerse despierta sin embargo las dulces melodías del violín de Brook al fin la derrotaron y con lentitud sus parpados se cerraron y su respiración se calmó.

Era tarde y lo sabía, se sentía mal por haber tardado tanto pero era difícil escaparse de Whole Cake con todos sus hermanos y hermanas admirándolo y siguiendo sus pasos. Aun así lo había logrado, de un salto llego a la cubierta del barco de Luffyko, su altura y musculatura podría intimidar a cualquiera pero los Mugiwaras ya se habían acostumbrado y ya no se tensaban al verlo. Miro en dirección de la melodía que había estado escuchando a lo lejos, esta se detuvo, se trataba del esqueleto de la tripulación este lo miro fijamente unos cuantos segundos antes de hablar:

─Yohohoho, tiempo sin vernos, Katakuri-kun. Luffyko-san esta en el comedor esperando─.

Katakuri asintió en su dirección antes de voltearse y continuar su camino sin embargo antes de poder adentrarse en la cocina la voz del esqueleto lo detuvo.

─Hiere de alguna manera a mi capitana y te haré arrepentirte de habernos conocidos─ y con esas palabras las suaves melodías volvieron a emerger pero en un tono más romántico.

Al adentrarse en la cocina la vio allí sentada, con su cabeza descansando sobre la mesa.

─Mugiwara─ susurro Katakuri al acercarse a la joven capitana de cabello negro azabache que se notaba serena con una pequeña sonrisa.

─Katakuri~─ murmuro en sus sueños haciendo que Katakuri se ruborizara.

─Aquí estoy─ le respondió sacándola de la silla para llevarla a su recamara de capitana que sus Nakama exigieron que tuviera, la cargo como una princesa sacándola de la cocina.

─Nunca te alejes de mi─ murmuro en su sueño acurrucándose contra él, el aire frío de la noche la hacía buscar la calidez de su cuerpo.

─Me asegurare de siempre estar allí para ti─ le prometió en un susurro.