[Capítulo 4]

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Aquello no podía estar pasando. Sentí que un escalofrío recorría mi cuerpo y sentía la garganta seca. Aquella silueta que había estado dando vueltas en mi cabeza al fin se mostraba claramente. Noté el color de sus ojos. Eran tan oscuros que parecían negros. Como suelen decir algunas personas, los ojos son la ventana al alma y la de ella era misterio puro.

Recordé que en el otro encuentro su cabello caia hasta cerca de sus hombros y ahora estaba corto, muy corto. Di un paso atrás pero perdí el equilibrio y casi caí. En un movimiento rápido ella me sostuvo.

Sentí el toque de su mano en la parte desnuda de mi brazo y alejé su mano rápidamente. Su toque me había hecho sentir de manera extraña.

Salí de aquella casa lo más veloz que pude, ella gritó algo que no pude distinguir muy bien, estaba concentrada en solo correr y alejarme del lugar.

Cuando ya me había alejado lo suficiente del lugar, miré hacia atrás y no había ningún rastro de la chica. Saqué mi celular y lo prendí. Había olvidado que lo había apagado cuando salí del apartamento. Al ver la pantalla ya prendida, me di cuenta de los mensajes y llamadas perdidas. Fui bajando y vi un mensaje de un número desconocido:

Chris está mal, deberías decirlo a Ashley.

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Me encontraba caminando por la calle principal de la ciudad. Aún no llegaba de la salida improvisada que había hecho y supuse por las llamadas perdidas de Ash y Mike que deberían estar preocupados. No les devolví el llamado por el simple hecho de que no me gusta el sonido de mi voz en las llamadas, malas experiencias.
Me detuve por los gritos de unos tipos cerca mío, al parecer iban a pelear, realmente no me interesaban, incluso ni siquiera pasó por mi mente detenerme, pero al escuchar el "Sarah" de una voz masculina conocida, paré.
Era un chico de mi clase, no recordaba su nombre porque, bueno, no me interesaba nadie de la clase. Vi que hizo una señal disimulada como apuntando mi celular, así que decidí darme la vuelta y avanzar un poco, al perderlos de vista marqué el número de la policía, me había sentido mal por él, aunque nunca hubiese hablado con él me reconocía, así que sentí que fue lo mínimo que pude haber hecho por él. Minutos después se escuchaba la sirena de los vehículos policiales cada vez más cerca.
Hoy estaba siendo un día raro, en todos sus sentidos pero lo dejé pasar, lo único que no me dejaba estar tranquila era el mensaje. Pensé en un sinfín de personas que podían ser, pero ninguna -que yo supiera- conocía al menos a Chris.

Al final opté por no decirle, Ash ya había tenido demasiado como para decirle que su ex novio estaba mal en no sé donde, Chris era un desgraciado, y no haría nada por él.

Estaba en la esquina de la calle en donde se encontraba el edificio en que vivía cuándo vi un cachorro caminando a ciegas por la vereda. Miré alrededor y no había nadie sospechoso, así que supuse que el perrito estaría ahí desde hace ya un buen rato.

Me dió pena verlo ahí tan indefenso, y sabiendo que lo podrían atropellar, decidí sacar mi poleron y envolverlo con el para así subir al apartamento sin que ninguna persona me viera con el y así evitar problemas.

Al entrar ví al par durmiendo abrazados en el sofá. Dejé al perrito en el suelo y fuí en busca de una mantita para el perro y una para tirarla encima de ellos.

Estuve alrededor de una hora jugando con el cachorrito hasta que me cansé, era cansador correr por todo el apartamento con él. Quería sentarme en el sofá pero esos dos no me dejaban, así que fui a la cocina a buscar un poco de agua y se la tiré en la cara.

Despertaron de golpe, entre asustados y desorientados y al ver toda esa imagen estalle de la risa, no pude contener ver toda escena sin reírme, mis carcajadas sonaban fuerte dentro de toda la habitación, pero traté de aguantarla cuando note que el perrito se había asustado.
Ya habiendo controlado la risa, lo tomé en mis brazos y vi que Mike había hecho una mueca y que Ash había formado una sonrisa en su rostro al verme.

-¿Y ese cachorro de donde salió?- Preguntó el chico sorprendido. Ash le pegó en el brazo y le dijo que eso no importaba en estos momentos y me lo quito de mis brazos.

Estuvieron jugando por al menos 30 minutos donde yo los observaba desde el sillón. Me metí en el celular y recordé nuevamente el mensaje. Como había estado tan feliz, decidí que al menos hoy no le diría, no le arruinaría la felicidad.

Y así estuvieron toda la tarde, jugando y riendo.

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Desperté con fuertes dolores de cabezas y estaba todo oscuro. No recuerdo a que hora me dormí, peor en esto momento hacía frío, mucho frío.
Busqué mi celular para ver la hora pero no lo encontré.

-¿Ash?- Pregunté, pero la voz apenas salió.

-¿¡Ashley!? ¿¡Michael!?- Casi grité, pero sentía un poco de miedo, sentí como se acercaban unos pasos y abrieron la puerta. Era Ash, sentí un gran alivio, me estaba desesperando, realmente lo estaba haciendo.

-¿Sucede algo?- Su rostro se notaba sinceramente preocupado, parecía como si no hubiese dormido nada, así que le hice señas con la mano para que se sentara al lado mío en la cama.

-Tenemos... tenemos que hablar- La miré y en su rostro solo se veía confusión y preocupación.

-¿Estás bien? Tal vez te sientes mal por el poco de alcohol que tomaste, dijo tratando de buscar mi mirada ya que yo la evitaba.

-No sé cómo decirlo la verdad...pero Chris está dentro de todo esto.- Su rostro mostraba decepción así que me lanzó una pregunta que no esperaba.

-Te involucraste con él no es así?- Se notaba el enojo en su voz, así que la detuve rápidamente.

-Tiene que ver exactamente con un mensaje que me llegó hoy.- La miré a los ojos por primera vez en la noche.

-Continúa...- Me dijo mirando directamente hacia mis ojos.

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⏰ Última actualización: Oct 13, 2018 ⏰

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