One Shots Larry

Bullets

A pesar de conocerse de toda la vida y ser compañeros de trabajo, Louis y Harry llevan dos años evitándose el uno al otro luego de haber dado fin a su relación de cuatro años. 

Hasta que ellos simplemente dejan de hacerlo y descubren cosas que no esperaban descubrir. 

tags: menciones de consumo problemático. 

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Louis detuvo el auto, observó las bolsas de comida en el asiento del acompañante y miró por última vez su reflejo en el espejo retrovisor. Haría esto, luego pelearía con las consecuencias.

Después de todo, Harry nunca dejó de ser su mejor amigo.

—Tomlinson, creí que te habías retirado por hoy —el hombre de seguridad lo observó desde su silla tras el escritorio.

Louis estudió la sala de recepción de la agencia, lucía más amplia cuando no se hallaba repleta de agentes corriendo de un lado a otro.

—Smith —saludó por segunda vez esa noche—. Vengo por Styles.

—Suerte con eso.

La risa de Smith se volvió poco audible a medida que Louis avanzaba por el pasillo que conducía hacia la oficina de Harry. El hombre llevaba una semana con un nuevo caso sobre sus hombros y Louis podía apostar que no había dormido más de tres horas por día.

La puerta del despacho se encontraba abierta, el silencio latente en el sitio hacía parecer que el lugar estaba desolado. El cuerpo de Harry se erguía sobre el escritorio, las manecillas de un reloj en la pared a sus espaldas marcaba la una y diez de la madrugada.

—Detective Styles —bramó.

Louis hizo una mueca cuando el cuello de Harry sonó luego del brusco movimiento que el hombre realizó ante el llamado.

—Mierda, Louis, eres tú.

—Siento no ser alguien más —bromeó recostándose sobre la pared opuesta a Harry.

—Pensé que se trataba de información —aclaró, volviendo su atención a los papeles frente a él.

—Nadie traerá información a esta hora, Harry —su voz se suavizó al decir aquello.

—Tengo que resolver esto, Lou. Debo hacerlo antes que el asesino logre escapar.

—Lo sé y por eso te pido que conduzcas a casa. Duerme algo esta noche —el rostro de Harry se contorsionó en una mueca cercana al dolor al oír sus palabras. Louis ignoró el recuerdo que las mismas le producían—. Me corrijo, no te lo estoy pidiendo, vine a sacarte de aquí de una forma u otra. Tengo comida ya hecha esperando por ti en mi auto.

Sin esperar respuesta, Louis regresó sobre sus pasos.

Diez minutos después, Harry cruzó el estacionamiento con una carpeta bajo su brazo.

Louis pretendió no observar el largo de sus piernas, lo estrecho de su cadera o lo amplio de sus hombros. Harry solía ser de menor estatura que él, Louis mordió la sonrisa que la vieja imagen trajo a su boca.

—La forma simple, entonces —se jactó Louis cuando Harry se detuvo a cortos pasos de distancia.

—Nunca me gustaron tus ideas, sabes usar armas y lograr que parezca un suicidio.

—Soy un profesional —realizó una reverencia exagerada antes de inclinarse al interior de su auto y rescatar los alimentos prometidos—. Hay algo de pollo, arroz y verduras —informó—. Es todo lo que fui capaz de conseguir al finalizar mi horario.