I'M YOURS

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29- Abril-2018.

Cada movimiento que él hacía, Donghae lo seguía. Es que era inevitable no sentirse preocupado al verlo con esa mirada cansada, arrastrando los pies del dolor que sentía, la poca fuerza con la que empujaba la maleta y la mirada adormilada. Todo lo que quería era llegar a casa, tomarlo de la mano y hacerlo sentir bien. Así que apuro al manager a darle su maleta y apresurado se despidió de él, para correr a alcanzarlo.

Hyukjae estaba esperándolo en el elevador. En cuanto se puso a su lado, gentilmente tomo su maleta y su bolsillo. Cuando Hyukjae lo miró él le sonrió y le empujo suavemente a que entrara. El trayecto a casa fue silencioso y tortuoso para Donghae.

Hyukjae, literal, se desmayaba contra la pared del elevador.

Suspiro y se aferró a las maletas y a no mirarlo hasta que las puertas se abrieron, y para Donghae pareciera que el tiempo se le acabara, empujo fuera las maletas y se inclinó a alcanzar su mano para guiarlo.

Se veía tan devastado.

Sí, había sido una de las giras más preciosas, emotivas y divertidas que han tenido. Sí, volvería a viajar horas y horas sentado en un avión para encontrarse con ELF. Sí, se desgarraría la voz cantando para ellas. Sí, volvería a dormir poco sólo para aprender el idioma de sus ELF y comunicarse con ellas. Mil veces volvería a elegir ser Super Junior. Y Hyukjae también. Le demostraba al no doblegar en el escenario por mucho dolor que sintiera. Al esforzarse en que el show saliera perfecto. A bailar y cantar y divertirse y derrochar su cariño y agradecimiento para ELF.

Ambos, mil veces elegirían ser parte de esto. Aunque terminaran así, como ahora, sin fuerzas ni ganas de nada más que de tirarse a la cama y dormir. Por eso él paró de recriminarle a Hyukjae que abandonara la gira para descansar. Por eso ya no le chillo que se iba a lastimar más. Por eso, aunque ahora lo veía fatal, calló.

Todo lo que pudo hacer y haría era estar junto a él, cuidándolo y amándolo.

Justo como pensaba hacer en cuanto cruzaran la puerta.

Fue detrás de él, cuidando sus pasos y evitando que chocara o cayera ya que Hyukjae parecía tener los ojos casi cerrados. Sólo se adelantó cuando la puerta de casa quedo delante de ellos. Tecleo el código y dejo que Hyukjae pasara. Lo miró tropezar y estabilizarse en la pared. Volvió a suspirar. Cerró la puerta detrás de él y abandono las maletas para acercarse a él.

No, no iba a decir nada.

Le echo el cabello hacía atrás, le acaricio las mejillas y cuando Hyukjae abrió sus ojos le sonrió.

Parecía un borracho adorable.

-Por qué no me dejas consentirte, ¿hum? –dijo, acariciándole los brazos hasta encontrar sus manos, tomarlas entre las suyas y apretarlas suavemente.

Cuando Hyukjae no dijo nada y sólo le sonrió, Donghae lo soltó y ahí, apoyado en la pared se quedó quieto, mirando adormilado la manera en que los dedos de Donghae recorrían su pecho hasta el dobladillo de su sudadera. Donghae tomo la sudadera y la playera en sus manos y con una mirada cariñosa Hyukjae entendió que debía subir los brazos. El cabello le quedo más alborotado cuando las prendas lo abandonaron. Donghae lo admiro por un segundo. Tan suave su piel, tan pálida, y marcada por sus labios. Sacudió la cabeza al ver que se desviaba de su objetivo. Antes de que Hyukjae pudiera decir algo o quejarse, Donghae se arrodillo y le ayudo a levantar cada pie para quitarle las zapatillas.

Hyukjae suspira satisfecho.

-Hae...-dice mirándolo cuando se levanta.

Donghae no puede evitarlo. Es que verlo ahí, así, tan hermoso y sumiso es demasiado para él que no puede controlarse de acercarse a acariciarle el pecho hasta cubrir con sus palmas los pezones. Se inclina a suspirar el aroma dulce que desprende el mayor. Le besa gentilmente el cuello, la mandíbula y deja un corto beso en sus labios fruncidos.

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