:~*SIN VOZ*~:

••NARRA BAEKHYUN••

Rin~ Rin~...

Me desperté con el molesto sonido de mi despertador, avisándome de un nuevo y esplendoroso día de clases. Si claro esplendoroso para todos en ese maldito instituto, menos para mí. ¿Porque?, pues porque desde que entre en ese "lugar" eh sufrido de bullying por parte de varios chicos. No sé qué tienen contra mí, lo único que se es que no le puedo pedir ayuda a nadie. La razón...

Soy mudo.

Pero no nací así... claro que no, esos imbéciles me dejaron mudo al intentar ahogarme en la piscina del instituto en pleno invierno, con la nieve de ese día y el hielo alrededor de mi cuerpo, con una bolsa cubriendo mi rostro y muchas manos impidiéndome salir a la superficie, y muchas voces insultándome solo por diversión. Mi dolor era su diversión. Al parecer algo le paso a mis cuerdas vocales por el frio de ese día, la bolsa en mi rostro y lo mucho que grite bajo del agua helada entrando por mi boca.

Un escalofrió recorrió mi espina dorsal al recordar la primera vez que esos chicos me hicieron algo.

Suspire pesadamente, mire el techo de mi habitación y me senté en la cama ordenando un poco mi alborotado cabello. En eso escucho a mi mama gritarme desde la cocina avisándome que el desayuno está listo y que ella ya se debe ir al trabajo. Sí, mi madre trabaja por que mi "padre" la abandono al enterarse de que yo venía en camino, pero mi madre, aunque muchas de sus amigas le dijeron que me abortara ella no lo hizo, y eso provocó que sus padres, ósea mis abuelos la echarán de la casa y ella tuviera que comenzar a valerse por sí misma. Con el hecho de que mi madre fuera muy inteligente consiguió un trabajo que le ajustara perfectamente para poder cuidarme sin problemas, aunque igual tuvo algunos problemas. Pero a pesar de todo salió adelante y me crio sin ayuda de nadie.

Mi madre es la única que sabe la verdadera razón por la cual quede mudo, y aunque se lo dijo al director, a los culpables no les hicieron nada porque son hijos de los empresarios más reconocidos en Corea y el mundo.

Suspire pesadamente y me levante de mi cama dirigiéndome al baño para tomar una relajante ducha. Al salir busque mi uniforme impecablemente planchado, sonreí amplio y me lo puse rápidamente para bajar y tomar mi desayuno, para partir de una buena vez al infierno de instituto al que voy, el cual, por cierto es el más importante de la ciudad. Como es que estudio en ese lugar, pues soy un genio así que tengo una beca completa que cubre todos mis gastos, mi situación no es precisamente mala, solo que no soy rico como todos los de ese infierno, como me gusta llamarlo.

Al terminar mi delicioso desayuno subí a mi habitación a buscar mis cosas y encaminarme a mi instituto. Tome mi bicicleta y comencé a pedalear en dirección al infierno. Reí para mis adentros.

Después de un rato llegue y deje mi medio de transporte en la vaya para dejar bicicletas, en la cual extrañamente había otra.

~''Que extraño, solo yo vengo en bicicleta''~. Pensé extrañado, pero no le tome mucha importancia y seguí mi camino hacia mi salón de clases, el cual estaba al final de este gigantesco lugar. Suspire mientras caminaba ya que todos los alumnos me miraban mal, claro... como no si el estúpido de Taeil dice puras estupideces de mí, todas son mentira pero todos aquí las creen. Seguí mi camino sin tomar en cuenta los comentarios y susurros a mí alrededor, como lo hago todos los días.

Estaba tan sumido en mis pensamientos que no vi la muralla frente de mí y termine chocando contra esto y cayendo al suelo.

La "muralla" en frente de mí se volteó, esperen... ¿se volteó? Levante mi vista topándome con la mirada preocupada de un chico, el cual al verme en el suelo extendió su mano para ayudarme a ponerme de pie.