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Hola soy yo de nuevo. Sí el extra que no sabe como gastar su tiempo libre, lo se, mi vida es miserable.

Hace una semana el mundo literario tubo un vuelco, ahora todos tienen flechas en la cabeza que indican lo que somos, ahora tengo una flecha en la cabeza que me persigue a todos lados confirmando me Que solo soy UN EXTRA, y lo peor de todo es que esta en letras rojas.

Me levanto de mi cama y observo la maldita flecha con la palabra flotando sobre ella. Algunas veces podía pensar que soy el protagonista de mi vida pero ahora que veo la maldita flecha ya ni siquiera puedo serlo de mi vida.

Me baño y visto rápidamente, no con lo primero que veo ya que mi armario es como el de Bart Simpson, sí, toda mi ropa es igual, pero eso no importa ya que soy UN EXTRA.

Bajo las escaleras y esta mi mamá y mi papá, a diferencia de los padres de los protagonistas los de los extras siempre están en casa, ¿motivo?, a ellos les pagan por ignorar al protagonista.

Desayuno tranquilamente mientras mi padre lee el periódico y mi mamá revisa su teléfono, como se les nota que odian sus vidas, ni siquiera se soportan, pero somos extras y estamos destinados a estas vidas.

No existe la infidelidad a menos que seas los protagonistas y antagonistas, ellos tienen la acción del momento y todo eso.

—Come más rápido, no puedes llegar tarde—dice mi madre dándole una ojeada al nuevo guión de nuestro escritor.

Tomó mis cosas y básicamente corro hasta llegar al instituto, no es que no deba llegar tarde, simplemente no puedo, los únicos que llegan tardes son los matones del instituto, la protagonista o el protagonista. Nosotros los extras siempre llegamos a tiempo a todos lados.

Leo el guión mientras camino a mi salón, que para mi mala suerte me toca compartir con los protagonistas, siento como choco contra algo y mi hermoso y sensual cóccix cae al suelo junto a mis cosas, escucho un quejido y mi vista se levanta rápidamente.

Un chico de cabello rubio y cuerpo para nada cuidado, hasta me atrevo a decir que esta un poco fuera de forma, se toca la espalda, sus ojos se fijan en mi y sonríe.

—Perdona soy nuevo y estaba un poco apurado—dice levantándose, estira su mano y la miro confundido.

Levantó mi vista sobre su cabeza y veo las grandes letras azules que indican lo que es... un protagonista. Me levanto, tomó mis cosas rápidamente y me largo ignorando completamente su comentario, ignorando su presencia.

Daniel (mi mejor amigo) me mira sorprendido y aterrado, ambos sabemos que metí la pata por un descuido. Entramos en el salón y nos sentamos juntos en los lugares correspondientes, todos tomaron su lugar, justo cuando comenzaba la clase llegó él.

Tocó la puerta y el profesor le dio permiso de entrar, sus ojos viajan en busca de un asiento y lo consigue junto a una chica de cabello negro que sobre su cabeza tiene escrito en letras amarillas lo que es, una antagonista.

La clase continúa y le presto atención como todos los extras y el chico de rizos dorados al cual no debo estar mirando, está hablando con la chica de cabello oscuro, ambos ríen por eso, reviso nuevamente el guión y noto que nada ha cambiado, eso significa que la que narraba era la chica de la cual él debe enamorarse.

Siento como un suspiro de alivio sale de mi garganta, si él estuviese narrando yo estaría frito.

Guarde mis cosas antes de que sonará la campanilla ya que el único que se tardan recogiendo son los protagonistas. La molesta campanilla suena y todos nos levantamos dejando al protagonista con la antagonista que supongo hace el papel de su mejor amiga en este libro.

Mi mejor amigo y yo caminamos juntos hasta nuestro lugar no te diré que el de siempre ya que te estaría mintiendo, nos sentamos donde indica nuestro guiones y esperamos a que la magia del libro ocurriese.

—Estás loco— me asegura mi mejor amigo en un tono bajo ya que no debemos interrumpir la escena—, como se te ocurre hablar con el protagonista—me reprende haciendo movimientos con las manos.

—Fue un accidente— digo en un tono seguro—, sabes que no soy capaz de arruinar así mi vida— agregó en un tono un poco alterado.

Él suelta un sus piro y rueda los ojos, recuesta su cabeza en el muro y mira la escena con odio, él también odia ser un extra, diría que lo hace más que yo.

Agradezco ser un extra, ¿Has leido la frase "me saludan personas que ni conozco"?, sí,  pues obviamente el protagonista no los conoce ya que nunca entabló una conversación con esa persona, porque esa persona era un extra.

Nosotros seguimos el guión mejor que los protagonistas cuando tienen una obra de teatro. La campanilla volvió a sonar indicando que ya debíamos volver a los salones.

Entramos, nos sentamos y esperamos, esta vez ya ambos protagonistas están aquí, ninguno llegó tarde y eso me da exactamente igual porque no cambia nada en mi vida.

Siento algo raro, no estoy enfermo, en ese caso no habría venido ya que no puedo interrumpir la clase.

—El protagonista te esta mirando— dice mi amigo entre dientes sin siquiera mirarme.

Trago grueso al escuchar aquellas, palabras y ruego por que el escritor no esté viendo esto. Mis manos están sudando y mi respiración agitada, él no puede estar fijándose en mi, de seguro hay alguien detrás de mí.

La clase acaba y Daniel me arrastra hasta el comedor para que nos sentemos con nuestro grupo.

—Joder, estoy muerto— digo mientras me siento en nuestra mesa.

—Pero tenia que olvidarte después de un minuto— dijo dudoso mientras daba un bocado a su hamburguesa.

—Se supone que no debe reconocerte— dice Dylan un chico de color y cabello rizado.

Asiento a cada comentario de ellos mientras como mi hamburguesa.

Las puertas se abren dejando ver al protagonista y a la chica de cabello negro, ambos toman sus bandejas de comida y se sientan juntos en una mesa donde hay otras personas que son indicadas como antagonistas.

Como tranquilamente y me levanto apena termino. Me dirijo a mi clase y me siento justo en la línea del centro en las mesas de atrás.

Un Punto De Vista EXTRADonde viven las historias. Descúbrelo ahora