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Llegó a casa y corro al baño, una sonrisa se forma en mi rostro al liberar el peso muerto que había en mi vejiga, mejor conocido como orina o en una palabra más infantil pipí.

Salgo del baño sin hacer nada y paso mis manos contaminadas de bacterias por toda la casa... bueno, lavo mis manos y salgo del baño para ir a mi habitación.

Curtis... aun no se porque me pusieron ese nombre.

Dejo de divagar con mi nombre y saco el dedo de mi ombligo para después olerlo, creo que el hecho de que es viernes me ha vuelto un poco sucio.

Bueno es hora de que me ponga serio.

Tomó mi teléfono y miro el fondo de pantalla porque no se que hacer, una notificación de el periódico local para extras, somo los únicos que pueden verlo-que mi papá lee en papel- llega a mi teléfono, tiene un título tentador: Extra mata a un protagonista.

El artículo sólo daba la información del protagonista y... aunque sea un periódico de extras, nosotros no podemos ser nombrados ni en nuestras propias historias.

La noche callo y al cerrar los ojos paso lo que más quería... me orine, joder para que fui al baño en el sueño, a sí, para orinar la cama.

Hace un tiempo que no dormía y cuando duermo me meo encima, pero es que el Escritor me ama y sabe que no es mi culpa por no saber ignorar al protagonista.

Me salgo de mi cama y enciendo la luz, como todo niño pequeño llamó a mi madre la cual me ayuda a bajar el colchón.

Mientras yo me aseo mi madre llama al congreso literario para que me vengan a buscar.

¿Por qué me gusta mojar la cama?, muy sencillo, cuando un extra moja la cama es llevado al hospital del congreso o mejor conocido el hospital extra, a que descanse y lo sacan de escena por un tiempo, ya que esto solo nos ocurre cuando nuestro cuerpo estan muy exhausto.

Le escribo a Dylan.

Negro te tengo la mejor noticia que me ha pasado en toda la puta semana.

Negro:
¿Qué pasó?

Me orine, soy tan feliz.

Negro:
Que bien por ti mi amigo, tantas cosas malas merecías algo bueno.

sí ya me tengo que ir al congreso, hablamos cuando vuelva.

No me respondió pero estoy tan feliz que bajo las escaleras dando brinquitos de alegría.

Veo a los hombres que están completamente vestidos de negro y sonrió, me pongo mi mochila en el hombro y me voy con ellos en una camioneta negra.

Parece un secuestro pero soy consciente de que sólo parece ya que estos tipos no lastiman ni un acento.

Paramos frente al gran edificio blanco que esta en medio de la ciudad literaria y entro en la zona de hospital.

Las cosas buenas no me pasan muy seguido así que no conozco a las personas que trabajan aquí. Me paro frente a un vidrio que solo tiene un pequeño hueco en forma rectangular en la parte que esta junto al mesón, detrás de él hay una señora muy fea.

Me da una hoja que lleno rápidamente, ella me sonríe y me felicita por haberme orinado en la cama, yo le sonrió orgulloso y entro en la habitación que dicen los otros papeles que me da.

La habitación 29-A me tiro gustoso en la camilla y espero hasta que entra un doctor.

—Hola Curtis— dice y se sienta en una silla junto a mi cama—, Soy tu doctor y estarás a mi cargo hasta que tu cuerpo este rehabilitado correctamente— dice en un tono que me otorga confianza.

Asiento a cada palabra que dice y luego me empieza hacer algunas preguntas las cuales respondo tranquilamente.

—Bueno Curtis, estarás aquí adentro hasta el miércoles—dice mientras se levanta de su silla y se posiciona detrás de ella para continuar-, espero y disfrutes tu estadía.

Un Punto De Vista EXTRADonde viven las historias. Descúbrelo ahora