Los siguientes días pasaron, y aprendí a lidiar con lo que ella me hacía sentir, entonces lo vi, era el típico chico malo del colegio, de unos ojos azules penetrantes y la piel color mate, me encantó, Nicolás se llamada aunque el fuera todo lo opuesto a mi, pero como dicen "los opuestos se atraen" aunque para mi sonaba algo cliché, lo miraba sin que el me viera, después me di cuenta que era invisible para el, eso hizo que mi corazón doliera, era como una punzada en mi corazón-el nunca estará contigo- era lo que mi mente me decía, "el no sentía el rubor de sus alas cuando pasa a su lado", me sentí tan identificada con esa frase, que hasta sentí un vacío.
Un día los vi, el mundo se me cayó a pedazos y tuve que recogerlos uno por uno. La Cata con el Nicolás estaban juntos, los vi besarse tan enfusibamente que hasta sentí como el desayuno que había comido se me devolvía, corri al baño y vomité, mi mejor amiga me siguió, no quería decirle, así que solo le sonreí y le dije que estaba enferma, y ella lo creyó. Me sentía tan mal cada vez que los veía, mi cabeza no sabía que pensar, ella era lesbiana? O eso creía yo, preferí irme ese día, mi madre llegó a buscarme y me preguntó que me pasaba, no quise contestar y preferí decirle que solamente estaba enferma. Cuando llegue a la casa, lo primero que hice fue llorar y llorar, estuve así toda la tarde, no quería saber del mundo, porque ella? Que tenía yo de malo? Me dolía tanto que termine durmiéndome en el sillón de mi habitación.
Desperté por el sonido de la alarma de mi celular, no quería ir, no quería saber del mundo y solo quería desaparecer, me sentía gorda, fea, y muchos más adjetivos malos que me describían perfectamente, pero tenía que ir.
Esta vez preferí irme caminando, era un día nublado, no me gustaban ya que me recordaban a mi infancia, no había sido muy fácil, tuve que estar sola, siempre sola, desde ahí se habría quedado ese miedo grabado en mi corazón, era algo que nunca olvidaría.
Llegue al instituto y por suerte vi a mi mejor amiga en la entrada, empezamos a hablar cosas banales de la vida, y eso me hizo recordar un poco menos el dolor que sentía. Catalina se acercó a mi con una sonrisa de oreja a oreja.
Ahora estoy con el Nico-rió mirándome a los ojos con cara de burla-
Y tu no eras lesbiana?- pregunte-
Jajaja pues no sé, el me gusto- dijo y se fue con mis otras compañeras-
No sabía como sentirme, sentí rabia mucha rabia, tenía un remolino de emociones, sentí que ella sabía lo que yo sentía por él y lo había hecho a propósito. Ella era perfecta, pelirroja, alta y con una figura de un reloj de arena, no había cómo competir con ella.
Y así tuve que aceptar su relación, ellos realmente se veían bien, sentía envidia cada vez que los veía juntos, yo quería ser ella.

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BORDERLINE
Teen FictionPascale era una chica trigueña, con unos grandes ojos marrones, y pequeña de estatura, había vivido miles de cosas a sus tan solo 17 años, ¿poco verdad? Sonrió al verse al espejo, era insegura se le notaba desde lejos y ella lo sabía, miró con despr...