Epílogo

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- Bueno, bueno, ¿está esto grabando? - Decía una chica mientras prendía su cámara. - Listo, ya está. Bien... - dejó salir un resoplido mientras pasaba su mano, con un guante sin dedos, por su cabello, era largo lacio y oscuro como la noche, o al menos como la habitación en la que se encontraba que no permitía más que dar un aproximado de su largo, el contraste con su tez blanca aperlada y su melena era embelesador, se dejó caer en el banco que se encontraba a sus espaldas. - ¿Cómo he de iniciar esto? - Dijo para sí misma. - Me llamo Nephila Clavipes, tengo 22 años y empecé a grabar esto como un registro de mis aventuras, sé que nadie verá esto, pero de algún modo siento que esto me permite mantenerme cuerda. - La desesperanza, el cansancio se notaban a flor de piel. - ¡Oye vamos! ¡Dijiste que no harías eso mientras grababa! ¡Esto es algo personal amigo! - Dijo a la nada. - ¡O no! ¡No me vas a hacer quedar como la loca aquí Jack!¡JACK MCARTHUR!¡Bien sabes que te hablo a ti! - De pronto en el aire aparecieron poco a poco palabras: "¡Vamos niña! Es un momento importante, los lectores quieren saber que ha estado pasando. Ya mucho favor fue el no comentar tu historia hasta ahora, pero soy un redactor, ¿Que esperabas? Es mi trabajo o todo este mundo de fantasía se derrumbaría, mucho esfuerzo fue mantener esta realidad funcionando por 2 meses incumpliendo la regla principal de los redactores, "REDACTAR TODO", y tú ¿grabando tus memorias de la nada? ¡Es el momento para el inicio de una historia con un cliché de protagonista perfecto! Ahora, sonríe, que nadie aparte de ti puede ver estas letras y la cámara te grabó hablando sola como loca. "- ¡Con un demonio Jack! ¡Bien, haz lo que se te venga en gana! - Dijo agitando los brazos a modo de rabieta. - Ahora por tu culpa deberé reiniciar el video para no quedar como una idiota. - "Para eso nunca necesitaste mi ayuda :9"

Agitó su brazo izquierdo disipando las letras en el aire, mientras con el derecho desmontaba la cámara. Paró la grabación y se dirigió al menú a borrarla.

- Mas te vale que cierres el pico, no quiero ni escuchar tu redacción en mi cabeza, si vas a contar mi historia ¡más te vale que no escuche ni el teclear de la computadora donde escribes! - Movió su cabeza a un lado y al otro intentando ver si captaba el sonido, pero ya no escuchó ni pio. - Lo tomaré como un sí... Muchas gracias... Pero que pesado eres... - "Que te de tu espació no significa que esté sordo, recuerda, yo fabriqué todo esto." y volvió a agitar el brazo.

Se levantó, caminó al refrigerador a su espalda, sin darse cuenta había dejado la cámara grabando en diagonal sobre un escritorio de madera donde se veían un teclado, y un montón de papeles, esta captó un espacio oscuro, paredes grises o descoloradas, piso sin losa, el puro cemento, y en el techo se veían un par de grietas, tenía pinta de edificio abandonado, una única estantería se veía pegada a la pared hecha de delgados tubos metálicos entrelazados, con un montón de herramientas sueltas, y cajas de plástico o cartón que lucían pesadas. Como si fuera hundido en la pared se extendía una habitación más, la cocina, separada por una barra y una columna que dibujaba la entrada, se veían los utensilios de cocina básica, horno, fregadero, y refrigerador.

Abrió la puerta del refrigerador sacó un refresco de lata que abrió soltando un ligero y característico "psst". Llevó la lata a su boca e inclinó la cabeza dándole un gran sorbo. La vació. Con una mano la aplastó contra la pared rápidamente y con la misma inercia del brazo la lanzó contra la pared rebotando y cayendo en lo que sonó era un contenedor plástico de basura, rebotando en paredes recubiertas con una bolsa de plástico.

Regresó al asiento, levantó la cámara la que la encuadró directo a la cara, era mucho más linda de cerca, su cara era ligeramente redondeada, pero terminaba en una fina barbilla puntiaguda, sus ojos eran aún más oscuros que sus cabellos, pero no se veían muertos, era como ver a un a un vacío total, con una única estrella que solo se veía cuando te acercabas y observabas lo suficiente, sus mejillas, a distancia no lo notabas, pero tenía un ligero barrido de pecas que cruzaba por sobre su nariz como una fina arena. Aun frunciendo el ceño era una chica preciosa.

Al voltear la cámara vio que había grabado de más accidentalmente, y aunque molesta, se notaba más relajada, volvió a borrar el corto de la memoria, y la posicionó de nuevo sobre el trípode en su escritorio.

- Diario de vida. Toma 3. Soy Nephila Clavipes... Y esta es mi historia...

Sobre el CordelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora