3. Él se fue.

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Los días siguieron pasando y los sentimientos de Hercules por su amigo eran cada vez más difíciles de ocultar.

-Herc, hoy saldré nuevamente con Peggy, ¿vienes?-. Preguntó con una leve sonrisa a lo que el ángel negó.

-Hoy me quedare, me gustaría seguir leyendo el libro que compraste hace un tiempo, sí no es molestia-. Lafayette asintió y le entregó el libro del que hablaba, 'Romeo & Julieta', era el título de aquel libro.

-Bueno... ¿Me puedes ayudar a acomodar mi coleta?.

Hercules asintió y se coloco detrás de su amigo, él cual en ese momento se encontraba sentado en uno de los escalones de las escaleras.

Comenzó a acomodar su cabello con suma delicadeza.

-¿Te ayudo con tu pañuelo también?-. Preguntó sonriente a lo que Lafayette asintió, y así lo hizo el ángel, comenzó a arreglarlo lentamente, mientras tocaba accidentalmente su pecho.

-Listo-. Dijo Hercules mientras sujetaba sus hombros. -No cabe duda, Peggy es muy afortunada de tenerte-. Hercules necesitaba mostrarle sus sentimientos, las palabras ya no bastaban para él, por lo que decidió mostrarlos con acciones.

Comenzó a bajar su mano delicadamente por él brazo de Lafayette hasta llegar a su mano, la sujeto con suavidad y con su otra mano tomó la barbilla del chico mientras le hacia mirar hacia su dirección, y entonces lo hizo, posó sus labios sobre los contrarios, un beso tan puro y delicado pero que a la vez hacia crecer ese fruto prohibido que se encontraba en su interior.
Un fruto que nació desde la primera vez que ambos se conocieron.

-¿¡Pero que-. Lafayette empujó con fuerza al contrario mientras tocaba sus labios confundido. -¡Hercules! ¿¡Por qué... por qué has hecho eso!?-. El ángel miraba con tristeza el suelo, pero su sonrisa seguía plasmada en su rostro.

Él sabía que no podría ser correspondido y aun así tomó el riesgo.

Lafayette dió un suspiró mientras cerraba los ojos, al abrirlos para explicarle al ángel lo que sentía en realidad notó que ya no se encontraba allí, en su lugar solo se encontraba una pluma blanca.

-Merde-. Susurró mientras proporcionaba un golpe a la pared. -Él... él se fue... ¿Ya no volverá?-. Se preguntaba con dolor.

Le buscó por varios minutos hasta que Peggy llegó y él no tuvo otra opción que salir.

Mientras tanto en el techo de la mansión, se encontraba el ángel sentado, con su barbilla apoyada en sus piernas mientras miraba sonriente como su amado se iba con aquella chica, las lágrimas no las pudo retener por más tiempo y lloró, lloró con gritos desgarradores que nadie podía oír.

❝ Alluring Secret. ❞ || MulleteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora