6. Doble fruto.

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Aquella chica, después de acompañar a Lafayette hasta su hogar, se fue a hospedar a una pequeña posada.

Por otro lado, el joven francés no lograba conciliar el sueño, existía algo en la mirada de la joven que le inquietaba, le resultaba realmente familiar, pero no lograba descifrar el porque.

Al día siguiente Hercules, o mejor dicho, Hillary, decidió pasear por las calles de Londres, tarareando una pequeña melodía, buscando inconscientemente a su amado.

Lafayette, por su lado, volvió al lugar en el que encontró al ángel, teniendo la esperanza de volver a verle.

—Vaya, vaya, ¿que tenemos aquí? Un lindo jovencito—. El chico volteo inmediatamente al lugar de donde provenía aquella voz, y se encontró a su prometida.

—Oh, Peggy, ¿que haces por aquí?

—Eso me pregunto yo... Bueno, solo venia a despedirme—. Le confesó con un notorio tono de tristeza en su voz.

—¿Que? ¿A donde vas?.

—Iré a visitar a Angélica, últimamente no he tenido noticias suyas. Eliza tampoco. Y no puedo evitar preocuparme.

—Tranquila, mon amoure, lo comprendo. Puedes irte sin preocupaciones.

La chica asintió mientras abrazaba al moreno, prometiendole que volvería cuando menos se lo espere, y él decidió acompañarla al muelle.

Pasaron los meses y Peggy aun no volvía, las cartas dejaron de llegar con la misma frecuencia y aquellas que llegaban se mostraban indiferentes, como si fuera una obligación el contarle como se encontraba. Eso hizo que Lafayette fuera perdiendo el interés con el tiempo, estúpido ¿no? Estabas por casarte y después ese amor se desvanece.

El rizado decidió salir a las calles de la ciudad, las personas estaban acostumbradas a verle solo, constantemente hablaba consigo mismo.
Ese día decidió agregar un paradero mas a su rutina, se dirigió a aquel lugar donde conoció al ángel, esperando verle nuevamente, pero no, en su lugar se encontraba Hillary, quien le miraba con compasión.

—Hola.

—Hola.

—Dios, te ves horrible, ¿que sucede?

—Nada. Malos momentos.

Hillary rió mientras se acercaba a él.

—¿Te apetece ir a caminar? Es un lindo día.

Gilbert dudo por unos momentos, pero al final decidió acompañarle.

Ninguno de los dos sabía que ese paseo sería el germinar de un nuevo fruto. Un fruto proveniente de Gilbert.

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⏰ Última actualización: Feb 11, 2019 ⏰

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