Niño Brocoli

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La sala estaba en penumbras, con solo la luz de la televisión iluminando el espacio. Aika estaba sentada en el sofá, viendo la novela que no se perdía nunca. La trama se volvía cada vez más intrigante o mejor dicho más desesperante, llevaba 12 capítulos esperando al menos un bendito beso entre los protagonistas, el matón de la escuela y la ratona de biblioteca. Clichés.

No podía ponerse a gritar de la frustración a esas horas de la mañana y menos siendo sábado, coloco una almohada en su rostro, ahogando su grito casi por completo.

Apagó la televisión y se dirigió a la cocina para prepararse un batido antes de ir a entrenar, como hacía todos los días excepto los domingos, cuando se permitía ir a entrenar más tarde.

—Ai-chan —llamó su madre, completamente cambiada—. Tengo que ir a la oficina un rato a buscar algo. ¿Puedes ir a la tienda más tarde?

—Cuando venga de entrenar, sí —respondió Aika, mientras mezclaba los ingredientes del batido. —¿Takeshi queda solo?

—Estará con tu padre en la tienda, ahora está durmiendo—dijo su madre, acercándose para besarla en la frente antes de salir apresuradamente.

Aika asintió, sabiendo que tendría que hacer un pequeño recado después de su rutina de ejercicios. Terminó de preparar su batido y lo bebió rápidamente.

Después de lavar su vaso, se cambió a su ropa deportiva y salió de casa, lista para enfrentar el día con la misma determinación de siempre.  

Se puso los auriculares y guardo su celular en su bolsillo, estiro un poco, tomo un largo respiro y comenzó a trotar en dirección a la playa.

El entrenamiento fue intenso, como siempre. Al terminar su rutina, estaba empapada en sudor, pero se sentía de alguna manera revitalizada y llena de energía. 

Sin perder tiempo, se dirigió directamente a la tienda como había prometido a su madre. El sol de la mañana la acompañaba mientras caminaba, disfrutando del aire fresco después del ejercicio.

Con una lista en su celular de lo que necesitaba comprar, comenzó a recorrer los pasillos, eligiendo los productos con cuidado. A pesar de estar todavía sudorosa y un poco cansada, se concentró en llenar su cesta con lo necesario para la cena y algunas golosinas para su hermanito y para ella.

Mientras intentaba alcanzar un paquete de galletas en uno de los estantes más altos, el paquete se le resbaló de las manos y cayó al suelo.

S agachó rápidamente para recogerlo, pero en el proceso, un borde afilado del envase le hizo un pequeño corte en la mano.

—¡Ay! —exclamó, viendo una fina línea de sangre aparecer en su piel. La mezcla del sudor y la herida le causaba un pequeño ardor y malestar en la mano. —¿por qué siento que esto será una mala señal?

Tomó un pañuelo de su bolso y presionó la herida para detener el sangrado. Con una mueca de dolor, terminó de recoger el paquete y lo colocó en su cesta. Dirigiéndose a la caja para pagar todo.

—¡Al fin terminé! —comentaba Aika mientras hacía una burbuja para meter sus compras y aligerar el trayecto camino a casa.

—. Es ardiente como el sol, tiene mirada angelical...

Dejó de cantar al ver al rubio del otro día en una situación bastante peligrosa, luchando por seguir respirando. A la distancia, veía a algunos héroes alejando a las personas y a otros intentando atacar al villano para salvar al rubio, pero sus quirks no eran efectivos en esa situación caótica.

Maldita Sea Enana (BakugouxOc) PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora