Maldita Sea Enana (BakugouxOc) PAUSADA

Bakugõ Katsuki

-OE MALDITO- esa voz o mas bien ese tono de voz, esa palabra otra vez -NO ESTOY DE HUMOR PARA AGUANTAR TANTO RUIDO, MUERE- aquel rubio, saltó a atacar, ni se inmuto de la presencia de la chica quien se quedó mirándolo.

-¿qué hace aquí?- se preguntó, sin percatarse de que el villano la agarraria a ella -mierda-¿

El rubio había dejado de atacar, paró en seco al ver a la chica que lo había salvado, su mal humor aumentó.

-OE PERRA- gritó llamando la atención de la chica -NO NECESITABA QUE ME SALVARAS- empezó a crear explosiones que lo hacían "volar" mientras atacaba al villano

La Joven había quedado extrañada y algo sorprendida -¿como me dijo?- una de sus manos estaban dentro del ser maligno que los atacaba -Mierda- musitó, el villano la rodeaba con la arena intentando sofocarla.

Los gritos de los niños preocupados por su niñera, sus piernas ya ni se veían, su brazo en un intento fallido de detenerlo, quedó dentro también.

Un último respiro dio, ya estaba completamente dentro de aquel ser, que ya odiaba, necesitaba sentirlo, con el agua de su cuerpo creó una burbuja que la rodeaba la cabeza para poder respirar, por lo tendria mas tiempo. Afuera se escuchaban gritos de los niños, explosiones del ojirubi sumandoles las malas palabras -hay niños presentes rubio- pensó buscando algo, debía tener un cuerpo físico, si no ¿porqué esquivaba las explosiones del chico?

-bingo-Había encerrado al villano en una burbuja que se endureció rápidamente pero no cálculo que caería, cerró sus ojos esperando el impacto que nunca llegó.

-PERRA- gritó nuevamente -NO ERES NADA LIVIANA- el rubio quien no conocía la había agarrado antes de caer, la peliverde parpadeo un par de veces y se bajó agradeciendo que no la haya dejado caer.

-Kaoru~ necesito que vengas, urgente- había llamado a su chófer más seria de lo normal, ya había dejado libre a los niños quienes corrían a abrazarla y otros iban donde el villano para hacer rodar la burbuja, en especial, Alice.

-¿Cómo te llamas?- Pregunto al chico explosivo

-Que te importa, perra- contesto de mala gana, no había olvidado lo de la Mañana.

-Deja de llamarme asi, es obvio que soy un ser humano...NIÑOS, vengan, vamos a comer helados- sonrió al ver que todos en un parpadeo ya estaban con ella -toma, por favor, acéptalo- le ofreció uno al chico -Como agradecimiento a que atacaras al villano y por no dejarme caer- el chico lo tomó

-bakugõ katsuki- la peliverde sonrió ante la respuesta

-mucho gusto, bakugõ-san-

La chica le parecía rara, a pesar de haber peleado con un villano, estaba ahí de lo más tranquila con varios niños a su alrededor.

-¿porque tardarán tanto los héroes?- reviso su celular y la señal de ayuda nunca había sido enviada -takeshi...te dije que llamaras a los héroes, no que buscaras fotos de heroes- reto la mayor a su hermano

Llamó a la policía avisando que había un villano en su ubicación

-lo siento- dijo mirando al rubio -tardaran un rato más, porque alguien- volteo a ver a su hermano -busco fotos y no ayuda-

-¿y a mi que mierda me importa? yo ya me voy- se levantó -oe, te sangra la nariz- Su quirk, no había dejado de usarlo ni un segundo y encima tenía que esperar un rato más a la policia.

-oh si, no es nada, sacó un pañuelo de su bolsillo y se limpio -¿quieres que te llevemos a tu casa?- preguntó observando al rubio-ceniza -digo, Kaoru-san viene con el microbús y no importaría llevarte- hablo mientras movía las manos como robot haciendo señas avergonzada,  bakugõ gruñó malhumorado, seguía de mal humor pero aun asi se sentó nuevamente como señal de que aceptaba, no le venía mal, pues estaba entrenando antes de pelear con el villano y sus músculos y después de tantas explosiones y entrenamiento no podría ir hasta su casa asi nomas.

Habían llegado la policia y Kaoru al mismo tiempo y paso lo mismo que a la mañana eran regañado o alagados, un poco de ambas, la chica se disculpaba intentando explicar el porqué había usado su quirk, pero claro era ignorada mientras seguía recibiendo regaños.

Los niños ya habían subido al microbús junto a hikaru quien guardaba las cosas esperando por Aika.

Ya estaba atardeciendo, el cielo teñido de ese color naranja rojizo, que anunciaba que pronto se haría de noche. Los niños iban dormidos, mientras que el rubio iba con los ojos en el camino.

La peliverde, en cambio, estaba enojada.

-aika-san- llamó el pelinaranja, Kaoru-se que usaste tu particularidad por una buena razón pero debes entender...- no pudo terminar porque fue interrumpido

-no me interesa eso, bueno si... pero no tanto, entiendo sus razones- comentó mirando a su chófer -estoy enojada conmigo- soltó, seguía con el ceño fruncido y los brazos cruzados como una niña pequeña -debía haberme dado cuenta que había cerca un villano, pero no lo hice- gruño bajo, presionando con fuerza sus antebrazos, ambos hablaban sin importarle su invitado,quien escuchaba inconscientemente
-además ahora no podre jugar nuevamente con mis niños- mencionó algo triste mirando a los pequeños acariciando a uno de ellos -al no darme cuenta del villano, los puse en peligro- dijo cabizbaja.

La conversación había cambiado de rumbo, ya que Hikaru intentaba animar a la chica.

Bakugõ ya había bajado de su transporte, acompañado de la chica, el rubio iba a reclamar pero fue interrumpido por el grito de su madre regañándolo

-Callate vieja bruja.- contesto al mismo tiempo que la madre le daba un golpe en la cabeza, ambos ignorando a la avergonzada peliverde, quien carraspeo para que la notaran. Notando como la madre del chico la miro con cierto brillo.

-B-bueno, muchas gracias nuevamente Bakugõ-kun, por haberme salvado, y a los niños- dijo la chica haciendo una leve reverencia 

-si, si como sea- contesto de mala gana...

-Oh mi pequeño ¿por fin actuó como un héroe salvando a su princesa?.- ahora era un tomate y su cabello no ayudaba en nada.

-Cállate y entra de una maldita vez vieja bruja- empujo a su madre a la casa y la peliverde le sonrió incomoda al chico, se dio media vuelta y subió nuevamente.

Habían dejado a los niños en sus respectivas casas, aika se disculpó mil veces con las madres al explicarle lo sucedido quienes solo decían que no pasaba nada, que no era su culpa, en especial con la madre de Alice, la señora agradeció por haber salvado a su hija y le dijo una vez mas que no era la culpa de la peliverde.

Ahora ella estaba en su casa tomando un baño, había sido un largo~ día realmente.

Tomó su teléfono marcando el número de una de las personas que tanto la calmaba y mimaba.

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