Capítulo I

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Compañeros de Equipo.


- Auruo, Gunther, Erd, Petra

El capitán, un hombre de mediana altura (pequeño en comparación a los hombres que lo rodeaban), ojos grises y cabello azabache, era una persona demasiado limpia en comparación a la mayoría de la gente que lo rodeaba, tanto así que le denominaban capitán de la limpieza. Sus subordinados se posicionaron frente a él con escoba en mano, paños y productos de limpieza.

-Comenzarán a asear la zona oeste del cuartel.

- Comprendido

Los cuatro anteriormente mencionados asintieron en unísono al momento que suspiraban con cansancio al notar como salía su superior.

- Lo quiero todo aseado para antes del almuerzo porque no querrán saber lo que les espera

La explícita amenaza en su voz, a lo que el escuadrón asintió en unísono, a fin de cuentas ninguno quería saber lo que le depararía el no hacer lo que le pedían.

- Vaya que será trabajoso...

- Ni que lo menciones, Petra... Si el lado oeste del cuartel no ha sido utilizado desde hace 5 años

Gunther suspiró, un hombre moreno con ojos café y de altura media superando con creces el metro setenta, quién sabía a lo que se atenía.

- A este paso, acabaremos corriendo hacia las afueras del muro rose en busca de que un titán nos persiga.

Auruo rió ligeramente, sin gracia alguna. Hombre medianamente alto, de altura similar al moreno anteriormente mencionado y cabellera castaña clara.

-Prefiero ser comido por un titán a que el capitán me acabe usando de carnada en la siguiente expedición.

- No seas exagerado, Auruo

Petra, la única muchacha del escuadrón, sonrió con dulzura. Tenía el cabello entre rubio-naranja y un par de orbes ámbares que irradiaban calidez.

-El capitán no es tan malvado como nos hace creer a todos, aunque eso no quita el que deje de ser atemorizante

- La petiza dió en el clavo, pero como no quiero saber qué tan atemorizante es, prefiero comenzar desde ya. Quedan 5 horas y 24 minutos amigos, así que manos a la obra

Erd, el segundo al mando después de Levi, de ojos castaños, cabellera rubia y de una altura mayor a la que sus anteriormente mencionados camaradas, observó a sus compañeros, camaradas y amigos con una ligera sonrisa de por medio

- Sí, señor!

.....................

- 1 hora y 05 minutos...

Erd respiraba agitadamente luego de haberse subido sobre la encimera de la cocina buscando limpiar el techo junto con las paredes.

-Y sigue quedando la habitación de juntas...

-¡Yo me haré cargo!

Mencionó Petra, con su cabellera corta y sus orbes brillando con antelación.

-Petra, puedo ayudarte si gustas

- No es necesario Auruo, tienes que limpiar las ventanas aún.

- Pero...

- Déjala ya, Auruo. La pequeña petiza tiene energías aún.

Comentó Gunther al mismo tiempo que posaba una de sus manos sobre el hombro del hombre, observando a la fémina con una burlona sonrisa alzando las comisuras de sus labios.

Say you won't let go [Rivetra]Where stories live. Discover now