Capítulo II

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Sorpresas

- Fue tan divertido cuando Auruo y Petra se mearon encima...

Erd junto con uno de sus camaradas, Gunther rieron al unísono al tiempo que los mencionados enrojecían hasta la médula.

- Calla, gigantón, ¡sabes que era un titán diferente!

Se defendió la única mujer del grupo, avergonzada y sonrojada debido al alcohol que había consumido con anterioridad.

- ¿Diferente..? ¡Diferentemente aterrador!

Las risas volvieron a estar presentes en el ambiente, haciendo enrojecer aún más a la fémina (si eso era posible)

-Esas son anécdotas que quedarán en la historia.

- Cállate, mocoso.

Auruo, un soldado de cabellera corta y con los costados rapados quiso imitar al único personaje no presente en esa habitación, por lo que la única mujer pese a su estado etílico logró acertarle un golpe directo tras su nuca

-¡Pero qu-...!

Más no logró acabar la oración ya que debido a su torpeza había mordido su lengua, causando que todos en el cuarto comenzaran a carcajearse.

- Eso te sucede por intentar copiar el estilo del capitán

- Ay, Auruo...

Erd a penas lograba mantener la carcajada, le parecía tan graciosa la situación que ni siquiera se percató que una pequeña sombra se unía al grupo, con una evidente molestia plasmada en su rostro.

- ¿No deberían estar durmiendo?

Gunther tragó saliva para posteriormente beberse de un sorbo lo que le quedaba de wisky, ni tonto ni perezoso dejaría que se desperdiciara

- Capitán, ¡es víspera de navidades!

Petra alcoholizada hasta las orejas, no sabía lo que decía, y menos a quién.

- ¿Y? En una semana se sale de expedición, a sus cuartos, Ahora

Molesto y lo suficientemente autoritario como para que al menos los hombres movieran sus traseros con respeto y miedo, les observó marcharse por el pasillo con pesadumbre.

-¡Qué va!, menos mal me tomé de un sorbo lo que me restaba en el vaso.

Se lamentó el hombre de tez morena con un mechón levantado en la parte de atrás de su cabellera, nada que hacer.

- Ojalá quede para año nuevo, viejo. Ese wisky estaba maravilloso

Erd sonrió con melancolía, acompañando a Auruo entre las penurias de este último debido a su pequeño accidente.

-¿Petra?

-No puede hacernos esto, capitán

Se bebió lo que le restaba de alcohol de un trago al igual que Gunther momentos atrás

-...

El susodicho se quedó en su posición, tratando de no alterarse, ya que ella estaba sonrojada, bebida, y con los ojos llorosos. Un espectáculo que jamás creía que podría observar.

- ¡No puede dejarnos sin disfrute!

Levi alzó una ceja, con su ceño ligeramente fruncido.

- ¿A qué viene eso?

Ella sólo se dignó a señalar una botella casi vacía sobre la mesa.

-No beberé, Ral.

- Tiene qué hacerlo, capitán... Es el festejo de su nacimiento.

Say you won't let go [Rivetra]Where stories live. Discover now