4

42 8 2
                                    

Mi responsabilidad ahora es hablar con Freddy sobre su vida hasta el punto de saber porque comenzó a drogarse.
No sé cómo hablar con él para que me lo diga, me da mucha pena, pero sé que debo de hacerlo porque ese es mi objetivo de estar aquí, tengo que ayudarlo.

Freddy está observando a través de la ventana lo que hay afuera, mientras que yo estoy frente al pequeño televisor que se encuentra a un lado del sillón enfrente de la cama, pensando como hacer que me cuente un poco de su vida.

Es el momento de hacerlo, entre más pronto mejor.

- Freddy, necesito hablar contigo de un tema serio.- dije sin quitar la vista del televisor apagado.

- ¿Es muy importante hacerlo ahora?.- pregunto mientras caminaba a donde yo estaba.

- Yo pienso que si, necesito saber más de ti porque ahora yo te cuidaré.- gire la cabeza para verlo.

- Tienes razón.- respondió dudoso.- Dime qué es lo que quieres saber.- dijo firme.

Ambos nos sentamos en el sillón junto al televisor para poder platicar mejor.

- Espero que no te moleste hablar de tu pasado.- hice una mueca.- porque necesito saber de eso para poder ayudarte.

- Prometo contarte todo lo que quieras saber.- dijo con una media sonrisa y estiró su mano en forma de promesa.

- Bueno, ¿Cómo fue la primera vez que consumiste drogas?.- pregunte un poco inseguro.

- Un día estaba caminando por la calle durante la madrugada cuando me encontré con unos viejos amigos, ellos al verme triste me ofrecieron una especie de hierba verde con un olor extraño. Yo no sabía que era eso porque a pesar de que en la escuela no era el mejor alumno, siempre intente sacar buenas notas y portarme lo mejor posible para no causarle problemas a mis padres.- bajo la mirada.- entonces mis amigos me dijeron que si probaba esa cosa, iba a olvidarme de todos mis problemas y sería feliz. Lo que yo quería en ese instante era eso, ser feliz, y sin dudarlo acepte lo que me ofrecían. Con el tiempo me dieron a probar más cosas diferentes y cada vez me sentía mejor conmigo mismo, ya no sentía dolor por nada.- terminó de decir.

- ¿Y qué pasó con esos "amigos"?.- levante una ceja.

- Después se fueron de mi vida. Yo me di cuenta de que ahora dependía de las drogas, no podía pasar ni un solo momento sin estar consumiendo alguna, y si eso pasaba me ponía como un loco. Los busque para que me dieran más, pero simplemente me dieron la espalda y dijeron que si quería seguir drogandome tendría que conseguirlo por mi propia cuenta porque ellos ya me habían ayudado lo suficiente. Sólo se encargaron de hundirme para después dejarme ahí sin importarles lo que pasará conmigo, y en el fondo yo sabía perfectamente que era mi culpa por haber aceptado, ellos no me obligaron a hacerlo y ahora tendría que conseguir las drogas por mi propia cuenta.- se formó un nudo en su garganta.

- ¿Y qué hacías caminando en la calle tan tarde?.- pregunte.

- Ese día mi padre llegó a la casa muy borracho y mi madre estaba asustada porque él quería pegarme, también quería pegarle a ella después, pero yo no lo permití. Me dijo muchas cosas horribles, no era por el simple hecho de estar tomado, siempre me miraba con odio y desprecio diciendo que yo no era su hijo, eso hacía que mi mamá se pusiera triste porque sabe perfectamente que si soy su hijo, aunque él no quiera aceptarlo.
Entonces yo no resisti ante todos sus insultos, ya había aguantado mucho tiempo lo mismo, nunca quise causarle ningún problema ni a él ni a mi madre, pero él siempre veía algún defecto en mí para estar molestando. Y pues yo ya no quería continuar con todo eso, no era el mismo niño indefenso al cual podía hacerle lo que quisiera sin ser capaz de defenderse.
Yo sé que es mi padre y siempre tuve que respetarlo, pero ese día era tanto el coraje que acumule por mucho tiempo y le pegué. Mi madre quiso separarnos pero terminó afectada de igual manera porque mi padre intentaba defenderse de su propio hijo. Después de eso me corrió de la casa y no dude ni un segundo en aceptar irme, salí de ahí dejando a mi madre destrozada pero prometí volver pronto a casa para verla. Fue ahí cuando salí de noche y comencé a caminar sin rumbo alguno, no sabía a donde ir, toda la familia vive lejos de nosotros y no tenía dinero para quedarme tan siquiera en un hotel. Seguí caminando por toda la calle solitaria hasta que me encontré a los amigos que ya te mencioné antes, estuve con ellos hasta que se fueron y continúe con mi soledad esperando algún día poder salir de todo este infierno que yo mismo construí.- dio un suspiro.- El día de ayer una señora bajo de su auto y se acercó a mí cuando yo estaba buscando en un bote de basura algo para comer. Esa señora me ofreció su ayuda y me contó que trabaja en un lugar donde ayudan a personas con distintos problemas. Esa señora es Corine, me dijo que quería ayudarme, pero a cambio yo tengo que hacer todo lo posible por superarme y ser mejor de lo que antes fui.- sonrió.

- ¿Y tú quieres ser una mejor persona para salir adelante?.- pregunte.

- Me encantaría, aunque sé que me va a costar mucho trabajo lograrlo.- se desanimo.

- Será difícil.- desvíe la mirada.- pero te prometo que juntos vamos a salir de esto.- sonreí.

- Gracias por tomarte el tiempo de escucharme.- me devolvió la sonrisa.- Hace tanto que no le platicaba mis cosas a una persona porque no confiaba tan fácil en los demás.- terminó de decir, y mi madre entro por la puerta.

Pensé que sería más difícil que Freddy me contara todo esto, pero de alguna forma creo que siente confianza conmigo. Aunque hay algo que no le pregunté y es muy importante saberlo.
¿Por qué su padre lo odia tanto para tratarlo tan mal como lo hacía?

save me; breddy meyvaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora