OCASO

El mejor regalo

Tú, mi amor, eres el viento que no supe prever y que ha soplado con más fuerza de lo que nunca hubiera imaginado. Tú eres mi destino. 

"Mensaje en una botella" (1998), Nicholas Sparks

Canción: Wonderwall- Oasis.

Diciembre 2014

Narra André

Hacía tres meses que no estaba junto a mi morena. Hablaba con ella cada vez que podía hacerlo, realizamos videollamadas, pero nada se comparaba cuando estaba junto a ella.

El cumpleaños de Aly se acercaba y realmente quería hacer algo bonito para ella, ya que en una ocasión me había mencionado que nunca le había gustado celebrar su cumpleaños, pues siempre hacía lo mismo.
Y en esta ocasión, yo podría cambiar la percepción que tenía mi morena en cuanto a su cumpleaños.

Durante esa misma semana se realizaría una fecha más del campeonato mundial de BMX en Río de Janeiro.  Por lo que tenía tal vez unas horas para poder verla justo en su día.

De regreso al finalizar la competencia, el vuelo proveniente de Brasil haría escala en New York antes de regresar a Italia. Así que esa sería mi oportunidad perfecta. Encontrarme con Aly era algo loco,  pero ella lo merecía. Alyssa me daba mucho, muchísimo y yo no tenía muchas formas con que retribuirle y tal vez esa era una. En cuanto pude, contacté con Megan, ella era la única que me podía ayudar, ya que sabía que con el gruñon de Ryley no podía contar.

Para ejecutar mi plan, debía buscar una forma de llevar a Aly a New York el día antes de su cumpleaños. Megan me prometió que así lo haría, por lo que me despreocupe mientras competía en Brasil.

Durante el último día de competencias, me llegó un Whatsapp de Megan; Aly ya se encontraba en NY, o eso decía la fotografía que me envió. Megan no me había especificado bajo qué trampa la había llevado hasta allá, pero eso era lo de menos, sabía que tenía unas horas con ella. Y eso me hizo jodidamente feliz.

Después de ganar la competencia como era mi propósito partí a E.E.U.U. Me sentía realmente nervioso de no desarrollar mi plan como quería. Las horas de vuelo se me hicieron eternas, hasta que al fin suelo americano me dió la bienvenida.

Sin importar el horrible papeleo migratorio y el pesado jetlag que cargaba, salí de prisa al hotel donde vería a Aly. Cuando llegué al hotel, me dirigí al restaurante, hasta la mesa que tenía reservada. Mi outfit y presentación personal no eran lo mejor, después de horas de vuelo, no me sentía el más guapo.

Pasados 5 minutos la vi llegar, estaba PRECIOSA. Aly no era una mujer despampanante a primera vista, no de aquellas que las ves pasar y tu cabeza gira. No, ella tenía una belleza diferente; de esas que salen del alma y que iluminan todo, una mirada preciosa y una sonrisa que encanta.

El  Front desk del restaurante le indicó en cuál mesa la estaban esperando y al verme se quedó perpleja. Sus ojos se abrieron como platos comprobando que se tratara de mí. Comencé a reír mientras ella se acercaba. Su vestido era negro y su peinado muy discreto. Estaba tan guapa que me quitó la respiración.

-¿André?  ¿pero tú qué haces acá? preguntó aún asombrada,  como si no creyera que yo estaba frente a ella, ¿Qué acaso no era la cena del seminario de Megan?

- Sorpresa, dije mientras la atrapaba en un abrazo, su aroma a violeta y lavanda me impregnó el alma.

-¿Pero cómo es que estás aquí? ¿Dónde está Megan? 

Reí a carcajadas.

-No hay nada de eso, todo fue una complicidad en la que me ayudó Megan, dije mientras la ayudaba a sentarse.