Prólogo.

134 22 7
                                    

Debí haberlo supuesto, aquella noche, cuando te colaste en mi habitación. Debí haber estado asustado, preocupado. Sin embargo, te dejé ser, porque eras tú.

Enterarme tu destino fue suficiente como para hacer que me doliera. Y es que no puedo quitarme de la cabeza la forma confiada y tranquila en la que entraste en mi país, peligroso, tan seguro y manipulador que sólo quise reír mientras lloraba cuando me di cuenta lo que me hiciste.

Me dejaste jodido, ¿sabes? Muy jodido. Y por eso te admiro, bastardo.

Yo no opuse resistencia ese 9 de Abril. Confié en tus mentiras, mejor dicho, las de tu jefe. No iba a permitirme dañarte, no iba a hacerlo. No puedo hacerlo.
Cuando viniste a mi habitación me sentí más que nada halagado, tímido. Llegaste tan bien vestido y yo... yo era un desastre. Aunque las cosas ya habían comenzado hace tiempo, pues tu operativo no tardó en hacerse ver, yo seguí confiando en tus tiernas y pulcras manos acariciar mi cabello.
Me dijiste cosas hermosas. Las creí, porque jamás dudaría de ti. Y sigo sin ser capaz, Gilbert. Si tan sólo supieras que yo... no puedo simplemente dejar de creer en que cambiarás, en que harás algo bueno...
Mi mente siempre repite la dulzura con la que me hablaste esa noche. Cómo me mirabas, cómo me hiciste sentir. ¿Acaso tu ego fue suficiente para que, después, cuando te pidieron justificar cómo, sólo mencionaste lo fácil que fue partirme a la mitad? ¿Acaso pensaste que no escucharía de las demás naciones la burla en cómo rompí mi propia neutralidad siguiéndote? Todos me llaman estúpido, pensando que abandoné todo sólo por una cerveza, porque no puedo pensar en otra cosa. Pero no le contaste a nadie cómo, después de ésa cerveza, suspiraste mi nombre y me rogaste que me uniera a tu partido. Cómo me dijiste en gemidos que querías protegerme.
Nadie sabe cómo pasó aquello, siquiera los historiadores comprenden por qué Hitler se comportó tan sumiso en el control de mis tierras. No saben que tú le rogaste de rodillas que no me hicieran daño, que no se metieran tanto con mi gente.
Dejaste que sea "libre" de hacer lo que quisiera, porque sabías bien que yo podía ser un soporte mucho mejor que tu hermano, quien sólo obedecía sumiso. Quieres pretender que estuviste bien en ese tiempo y que sólo me derrotaste con una cerveza.
Mas tu ego, oh, glorioso sea. No puedes decirle a nadie cómo este estúpido que se deja vender por alcohol te dió lo que ninguno otro, ni siquiera el bastardo de Rusia, fue capaz de darte. No sólo sexo, sino también amor. Y luego, pretendes que todo está bien entre los dos. Cuando, en realidad, sigue eso entre los dos. Esa mentira que sostuviste por años y sigue siendo sostenida.

¿Quieres que te lo recuerde, Gilbert? ¿Quieres que vuelva a mencionarlo? Por mí no hay problema. Dejar que los demás se enteren de la verdad... Eso es fácil. Me voy a tomar la molestia de que ellos sepan mi versión, en vez de simplemente resumirla. Discúlpame por ser detallista extremo, sin embargo, prefiero que todos se den cuenta qué es lo que les has estado ocultando a todos.

----

Me disculpo ante cualquier error histórico que tenga, es probable que encuentren algún dato mal ╥﹏╥
También por errores de ortografía o redacción.

Eingedrungen [DenPru Two Shot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora