Tímido.

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Está bien, realmente lo está.

No sé cuánto tiempo ha pasado desde que estoy aquí sentado admirando su rostro mientras está hablando de no sé qué cosa.

Demonios, ¿su perfil siempre fue así de perfecto? Y ni hablar de su piel tono canela.

¿Cómo diablos alguien puede ser tan lindo? Es decir, yo me considero una persona más o menos agradable a la vista, o podría decir que al menos tengo salud...

Volviendo al tema, ¿es necesario que Kim Jongin me baje el autoestima de tal manera?

Y no, no es sólo lindo. Él posee muchas características que lo hacen ver tan inalcanzable y amable.

No es que no lo sea, él es tan agradable y se lleva bien con todo el mundo, todo lo contrario a mí, por supuesto. Aún no entiendo cómo podemos ser amigos si somos tan diferentes.

Es extraño el hecho de que congeniemos tan bien.

—¿Aterrizando en el mundo de Do Kyungsoo? —soltó divertido, mirándome con una sonrisa —¡Hyung, ni siquiera me prestas atención! —chilló.

Sonreí.

Maldita sea, ¿hasta haciendo berrinches se ve tan bien? Debería ser ilegal.

Y la forma en cómo me dice hyung también debería serlo.

—¿Qué hice?

—Estoy hablándote sobre la fiesta de mañana, ¿irás, no es así?

Yo fruncí los labios y él me dio esa mirada.

Esa mirada que recorría toda mi espina dorsal y que sólo a veces, me daba miedo.

—Oh no, ya conozco esa mueca —me apuntó con el dedo —Hace dos días me dijiste que irías —reprochó haciendo un mohín.

—Las personas pueden cambiar mucho de opinión en dos días, ¿lo sabías? —lo molesté sólo para verlo sonreír de esa manera mientras rodaba los ojos —¿Y tú por qué quieres ir de todas formas? No es como si fueras gran fan de estar rodeado de desconocidos.

—Lo sé, pero ella irá y...

Eso fue todo lo que necesité oír para dejar de prestar absoluta atención otra vez, y no, esta vez no era para deleitar mi fallida vista con una quijada marcada o sus labios finos que parecían pomposos.

En realidad fue para distraerme y dejar de oír su nombre o el simple pronombre "ella", porque me revolvía el estómago completamente con sólo recordarla.

Y no es que sea fea, es una muchacha muy agradable y linda también.

Y es por esa maldita razón que ellos dos se verían tan jodidamente bien juntos...

—¿Otra vez me estás ignorando? —inquirió él mirándome de frente.

Desapabilé mi mente y resoplé.

—¿Escuchas algo? Creo que alguien me habla —dije, frunciendo mi entrecejo y mirando hacia todos lados —Cualquiera que me vea hablando solo pensará que estoy loco...

Jongin rodó sus ojos divertido, sabía que me estaba burlando de él y yo reí.

—Aveces eres tan tonto, hyung —suspiró, apoyando su espalda contra el tronco del árbol en el cuál estábamos escondiéndonos del caluroso sol por su copa tan frondosa y fresca.

Yo sonreí otra vez, sin dejar de mirarlo.

No respondí y él se dedicó a comer las porquerías o golosinas como él solía corregirme cada vez que lo regañaba por meterse tanta basura al estómago.

—Te he dicho que no comas porquerías.

Jongin me miró, sonriendo con burla y masticando los caramelos con la boca abierta sólo para que yo viera los comestibles de colores brillantes sobre su lengua, con el fin de molestarme.

Y lo hizo.

Aparté mi vista lanzando un bufido y él rió, por inercia sonreí.

Era imposible no inmutarse ante su risa.

—Son golosinas... —corrigió.

Y ahí está, ¿no les dije que siempre me daba la misma respuesta?

—Sí, sí —hice un ademán con mi mano —Lo que sea.

Él siguió consumiendo sus golosinas mientras yo continué con mi observación hacia él.

Pero mi atención fue directamente a un insecto sobre su cabello.

Pensé en gritarle que tenía un bicho gigante sobre su cabeza o alguna cosa exagerada para que se asustara y saliera corriendo, como tantas veces hizo y que yo me lancé a reír como un loco por mi maldad.

Pero esta vez fue distinto.

Moví un poco más mi trasero a su lado, arrastrándolo sobre el césped con el fin de estar más cerca para así, quitarle el insecto que tenía encima.

No dije nada mientras movía mi mano por detrás de su espalda para que no se diera cuenta y él tampoco se inmutó.

No fue hasta que sintió mis dedos sobre su cabello y volteó su rostro hacia el mío, quedando tan cerca que fácilmente podría haberme lanzado hacia adelante y presionado mis labios con los suyos.

Sin embargo, no lo hice.

Noté que movió su manzana de Adán, puedo jurar que oí cuando la saliva pasó por su garganta.

Sus refinados ojos marrones mirando los míos asustados, tan cerca...

Y de pronto, sus mejillas rojas y el titubeo en su lengua, alejándose bruscamente.

—¿Q-Qué haces? —tartamudeó mirándome.

Su piel color canela dejaba ver perfectamente sus pómulos que más que rosados, estaban rojos.

Rápidamente me excusé, no es como si quisiera besar a mi propio amigo, tal vez no aquí.

—Tenías un insecto en el cabello —le dije.

Él me miró confundido y luego asustado al escuchar la palabra "insecto".

—¿Lo quitaste?

—No, aún está allí arriba —mentí.

Rápidamente Jongin se puso de pie y comenzó a golpearse en la cabeza con desesperación, soltando algunos gritos desesperados y atemorizados.

Nunca comprendí a esas personas que le temen a tan minúsculos seres vivos.

Yo comencé a reír, tirándome en el césped rompiendo en carcajadas.

Al parecer se dio cuenta de que estaba mintiendo, porque dejó de chillar como tal niña pequeña asustada y me miró con mala cara.

—Eres un hyung muy malo —me dijo, acercándose.

De un momento a otro estaba sobre mí, haciéndome cosquillas.

Demonios, él sabe lo mucho que detesto las cosquillas y todo lo que tenga que ver con el contacto corporal.

—¡Arrepiéntete de tus pecados! —exclamó divertido, haciéndome reír más de la cuenta.

En un intento de empujarlo, me sujeté de su camiseta y la levanté hacia arriba, dejando al descubierto su torso delgado.

Jongin rápidamente cayó sentado en el césped apretando la camiseta contra su piel, no dejando ver más de lo que ya lo había hecho.

Otra vez sus mejillas rojas y una tímida mirada junto a una leve sonrisa.

Eso me dejó confundido y no tardé en enviarle una mirada desconcertada.

¿Era tan malo que yo, su único amigo, viera su torso o algo de su piel?

Entonces saqué esos tontos pensamientos egocéntricos que tenían que ver siempre conmigo y con él, y recordé algo.

Kim Jongin era tímido como la mierda.

➳ʜᴇᴀʀᴛʙʀᴇᴀᴋᴇʀ → kaisooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora