Paranoico.

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Jongin estaba sentado sobre mi cama, apoyado contra la pared.

Yo estaba frente a él, terminando las molestas tareas de química.

Por el rabillo del ojo noté a Jongin mirándome, sonreí por inercia.

—¿De qué te ríes?

Levanté mi vista haciéndome el desentendido.

—No estoy riendo.

Él sonrió divertido y después de unos minutos, volvió a hablar.

—Kyungsoo... ¿Crees que soy apuesto?

Fruncí mi ceño ante tal pregunta.

Dejé mis cuadernos y libros a un lado, y lo miré.

—¿Estás preguntando eso por lo que pasó hoy?

Jongin negó rápidamente, tratando de verse tranquilo.

—No, simplemente quiero saber cómo me veo ante los ojos de los demás... En este caso, de mi mejor amigo.

—Bueno... —comencé a titubear bajo su expectante mirada —Yo creo que eres muy apuesto —confesé.

Él elevó una ceja divertido.

—¿Lo crees o lo soy?

—Lo eres —aseguré, asintiendo con mi cabeza.

Tragando saliva y rogando que no preguntara nada más.

—¿De verdad? —cuestionó, casi con desespero y a la vez con diversión.

Se arrastró hasta mi lugar y me miró muy de cerca.

Demasiado cerca.

Sin siquiera esperarlo, me tiró un cojín al rostro. Yo se lo lancé de nuevo, logrando que me sujetara del brazo y me tirara sobre él.

Mi nariz tocando la suya, su respiración tocando mis labios, su perfume en mis narices.

Era ahora o nunca.

Mis ojos estaban firmes sobre los labios de Jongin, los ojos de él grandes y asustados mirándome acercar a su rostro con lentitud y cautela.

Cuando mis labios tocaron los suyos, me empujó frunciendo el ceño.

—¿Qué diablos, Kyungsoo?

Me quedé pasmado.

¿Qué mierda acababa de hacer?

No me dio tiempo de reaccionar cuando se levantó de la cama y salió de la habitación.

Me levanté de un salto, pero no fui capaz de seguirlo.

Sentí miedo.

Me detuve frente a la puerta y me volví a la ventana, viendo como salía de mi casa y caminaba a paso rápido por la acera cuesta abajo.

[...]

No me atreví a abandonar mi habitación el resto del día.

Las tareas de química habían quedado en el olvido y lo único que me importaba era hablar con Jongin.

Claro, si éste se dignaba por lo menos a coger el celular y atender mis llamadas o contestar mis mensajes.

Pero nada de eso pasó.

Así que intenté una vez más.

Jongin... por favor, contesta mis llamadasrogué con el celular en mi oído —¿Podemos siquiera hablar de esto?

➳ʜᴇᴀʀᴛʙʀᴇᴀᴋᴇʀ → kaisooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora