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Lo que RenJun le había comentado anoche no paraba de rondar su mente. Estaba tan distraído, que no se dio cuenta cuando estaba echando el café sobre su mano en vez de la taza. Pegó un chillido y dejando todo sobre la mesa, fue hasta el lavaplatos abriendo el grifo para dejar su mano bajo el frío chorro de agua. Pequeñas lágrimas se escaparon de sus ojitos y aquello atrajo a su hermano, quien jugaba energéticamente en su teléfono.

Apenas era de mañana y su hermano ya se ponía a jugar sabrá dios qué. Bueno, no conocía el nombre del juego completamente, sólo sabía que se trataba de chinas que bailan y ya. No le preguntaría el nombre porque luego empezaría a hablar y hablar de ello, entonces no le interesa mucho.

Su hermano tiene un radar de dolor. Siempre que algo que tenga dolor suceda, su hermano inmediatamente salta para burlarse de él. Rara vez se preocupa dulcemente por él, pero bueno, tiene que soportarlo porque vive con él.

—No puedo creer que seas tan torpe en la vida.— Dejando su teléfono sobre la mesita, se acercó a su hermano y lo tomó de la muñeca, para sacar la mano que estaba bajo el chorro para observar la quemadura.— Te tienen que amputar la mano.

JaeMin se exalta para gruñirle a su hermano y apartar la mano bruscamente.— ¿Qué tan idiota puedes ser?. No exageres, me pongo un ungüento y la vendo, ya.— Rueda los ojos.— ¿puedes servir el café?

—Ah, claro.

Minutos después, los dos estaban en la mesa, degustando el desayuno y con un JaeMin vendado. El desayuno se basaba en takoyakis porque era lo único decente que le había salido a Yuta y lo único que sabe hacer, ya que JaeMin es quien cocina. El menor suspira y quita el pulpo, porque de verdad que no le gusta sentir la textura en su boca, se sienta completamente extraño. Es como si metiera el pan dentro de la taza de café, se siente de esa manera y a JaeMin no le gusta.

Apenas Yuta arrasa con sus takoyakis, vuelve a jugar su jueguito de monas chinas.

Le fastidia ya escuchar la canción de la intro que Yuta se sabe al derecho y al revés, hasta la canta entre sueños. Por eso le lanza un pedazo de pulpo a su hermano, que lo golpea en la frente y cae en el plato. El de los cabellos cobrizos lo mira acusadoramente y deja su juego quieto, luego colocando una expresión de seriedad que no le simpatiza al de los cabellos rosados. Porque Yuta serio no era algo entretenido que apreciar.

Dios proteja a cualquiera que sea su pareja.

—Ehm, ¿cómo se llama el juego?— Trata de aliviar la situación tras la pregunta, pero parece funcionar ya que la sonrisa de Yuta se hizo presente. Dios lo ha salvado una vez más.

—Se llama Idol@master. Hay otro que se llama Love Live pero no me gusta y bueno. Es divertido, ¿quieres jugar?.

—Eh, no, gracias, ya me voy.

—Pero-

—DIJE QUE YA ME VOY.— exclama tomando sus cosas para irse de camino al instituto.

Le preguntaría luego a su hermano si fue él quien obsesionó a Jeno. Aunque no lo cree posible, ya que dijo que no le gustaba Love Live. Según lo que recuerda de lo que le dijo RenJun, el juego se llama así y que los comparó con dos féminas del juego. Riko y Mari, lo peor estaba que lo había comparado con una rubia. ¡Jamás se teñiría el cabello de rubio!, se sentiría como una zorra. Se sentiría como Yeri y su look zorris. O así le decía Wendy.

RenJun se sumió a su caminata luego de dos cuadras, ya que vivían cerca. Ambos estaban callados, pero ya era normal que RenJun lo estuviese. Se esconde tras una fachada tranquila, ya que realmente él es como el sucesor de Haechan. Haechan es el Diablo y Renjun Lúcifer. Así es como JaeMin veía las cosas.

Loco, ¿verdad?

—¿Conoces a otra persona que conozca ese juego?— Pregunta de repente RenJun, mirando a su menor.

—No, pero creo que tengo una idea de quien puede ser. ¿Donde está tu primo SiCheng?

Todo un día para saltarse las clases les espera.







relleno, plop.

en el siguiente será revelado el culpable, juju.

love live ; norenminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora