Capitulo 1.- Una misión imposible.

23 0 0
                                    

La tarde pasaba lentamente, una vez mas la pelirroja se encontraba aburrida en su clase de teoría musical. Era ya su segundo año en el Liceo y desde un comienzo se notaba su falta de interes por la música, nada sorprendente en una futura actríz. Miraba por la ventana admirando las hojas de cálidos colores marrones y anaranjados caér y danzar en el viento, perdida en sus pensamientos mientras escuchaba el eco de su desabrida profesora hablar de cosas que no le interesaban en lo mas minimo. --Leah...-- El súbito sonido de la voz de una de sus compañeras la sacó de su concentración, haciendola reaccionar y volver la cabeza hacia ella, viendo como todo el grupo la miraba como si esperasen algo. --¿Y bien señorita Morrison?-- Preguntó la profesora, que se mostraba molesta. --¿Q-que cosa?-- Encogió levemente los hombros mirando a la delgada mujer parada frente al salon. --Le pregunte que si era mas interesante ver la ver la ventana que la clase-- La mujer se había acercado hasta el escritorio de la chica, mirandola amenazantemente. --Tal vez lo sea, señorita Smit-- Rodó los ojos volviendo a ver la ventana, haciendo que los nervios de la profesora reventasen. --¿Como se atreve a hablarme así?. Ya que la clase no le parece interesante, puede tomar sus cosas y buscar algo que hacer en la oficina de decano.-- Era ya la segunda vez en el año que la ojiverde era mandada a la oficina del decano Jhonson. Tomó sus cosas y salió por la puerta encaminandose hasta la oficina principal, pasó todo el trayecto maldiciendo a la maestra, culpandola a ella de su falta de interes por su clase. Se tomó el tiempo de ir a su casillero a dejar sus libros, no tenía prisa de ver al decano, ya se imaginaba el tedioso sermon del día. Caminó a paso lento por el corredor, un corredor típico de cualquier universidad, casilleros a ambos lados y unos cuantos murales que adornaban los espacios vacíos de las paredes, anunciando la clasica competencia músical que se hacía durante la semana estudiantil, panfletos de los diferentes talleres y uno que otro anuncio, suspiró al ver que su paseo estaba llegando a su fin, la oficina del decano estaba a pocos pasos de distancia. Una enorme y llamativa puerta de madera adornaba el inicio de la dirección, llamó a la puerta un par de veces y una de las secretarias abrió la puerta de inmediato. --¿Leah?-- Parecía sorprenderle  la presencia de la pelirroja, despues de todo no acostumbraban recibir la visita de los estudiantes de cuadro de honor. --Hola señora Noris... La profesora de música me mando aquí, el decano me espera.-- 

--Es la segunda vez en el año Leah...-- susurró preocupada mientras que ella caminaba hasta la puerta de el Decano. Podrían mandarla ahí todas las veces que quisieran pero ella seguiría el camino que había trazado. --Leah Morrison...¿Ahora cual es el problema?-- El decano mostraba su desaprobación, pasó una mano por su cabellera negra, bien peinada mientras miraba el expediente de la rojiza. --No lo se, la profesora simplemente me detesta.-- Mencionó mientras tomaba asiento en una de las inmensas sillas de cuero rojo frente al escritorio del moreno. --Leah, eres un orgullo para esta escuela, tus notas son las mas altas de todos en tu año, ecxepto en dos clases...--

--Teoria músical e Improvización músical.-- Dijeron ambos presentes al unisono. --¿Entonces cual es el problema?.-- Habia dejado el papeleo de lado para concentrarse en la joven frente al escritorio. --No lo se, la música no es lo mio. Yo no quiero ser cantante y mucho menos solista o pertenecer a una banda... Mi sueño es ser una famosa actriz. No se como el saber de notitas músicales y toda esa basura pueda ayudarme en mi camino al estrellato.-- La chica era sincera, no podía ocultar su inconformidad con ambas clases, para ella eran inutiles. --¿No hay  manera de retirarlas de mi programa y ponerme mas horas de actuación e historia cinematografica y otra cosa que si sea de utilidad?.-- Las palabras de la chica sorprendían mas y mas al decano, por un lado admiraba la devoción a la chica sobre la actuacion pero por otro lo decepcionaba la manera en que se expresaba. --Leah... La música es una forma de arte y de expresión. Este es un liceó de artes, no puedo quitarte música porque tu sientas que es algo inutil, necesitas esa nota para pasar al siguiente año.-- Explicó el pelinegro. --Pero ya que tu y la profesora tienen demasiados choques, tendré que sacarte de esa clase y ponerte con un tutor...--  La chica había quedado boquiavierta. ¿Un tutor?, si apenas y podía soportar a sus profesores ¿Creía que iba a soportar a un estudiante que le enseñase?, definitivamente no, ella era una chica dura y sumamente orgullosa como para dejarse manejar por alguien unos cuantos años mayor que ella. --Como sea.-- Bufó antes de salír de la oficina, azotando la puerta tras ella. 

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 15, 2014 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Desencantada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora