Hacía poco, la preparatoria Yuuei había decidido hacer un viaje para todos los cursos, dejando que cada clase de cada grado votase por el lugar en el que les gustaría ir y logrando así una experiencia inigualable para todos los estudiantes, o por lo menos para los más emocionados, pues a algunos, como Katsuki Bakugou, no les hacía nada de gracia tener que compartir un dormitorio con diez chicos o más durmiendo allí y ahogándolo con sus terribles olores corporales y característicos, e incluso si sabía que ellos no podían cambiar esas esencias, seguía siendo un terrible calvario tener que soportarlos, sobre todo si habían omegas entre sus compañeros de cuarto.
Por suerte, Bakugou no tuvo que compartir cuarto con nadie, pues al haber votado y seleccionado por mayoría casi absoluta el marcharse a la montaña, cada par de personas, parejas que podían ser escogidas por los mismos estudiantes y que les otorgó algo más de libertad, debía montar una tienda de acampada, y por supuesto el rubio cenizo prácticamente obligó a Kirishima a ser su pareja durante el resto de viaje, negándose a compartir su espacio privado con alguna persona a la que no soportara o que simplemente le molestase (cosa que casi toda su clase hacía, sobre todo Izuku). Al menos Eijirou no sintió esa amenaza como tal, y nada más el alfa le pidió el que durmiese con él aceptó con buena cara y casi sin dudar, emocionado por ello.
Ahora, ambos jóvenes se encontraban en el exterior de la tienda de acampada mientras todos los demás estudiantes dormían, observando el cielo estrellado mientras permanecían en silencio, cada uno sumido en sus propios pensamientos que no eran tan diferentes entre ellos, dedicados en su mayoría a analizar al contrario y a poder aclarar sus sentimientos, sobre todo Bakugou, quien sabía que probablemente nadie de su círculo de amigos aceptaría que él, uno de los alfas más respetados de la universidad y con uno de los futuros más brillantes asegurado gracias a eso, estuviese enamorado de lo que muchos llamaban simple humano normal y corriente, pero él sabía que Kirishima no se trataba de cualquier persona o de cualquier beta macho, lo sabía muy bien gracias al aroma que podía percibir por parte del pelirrojo, uno que según la opinión de todos sus conocidos, no existía.
Y aunque el poder sentir el aroma de Kirishima siendo que este se había presentado como un beta, y, además, uno sin olor (palabras que habían sido reafirmadas por el doctor que había evaluado a Eijirou), le preocupaba, y sabía que debía haber un motivo tras ello. Pero no había nada que le aterrase más que guardar el secreto de que llevaba sintiendo ese dulce perfume proveniente del cuerpo de su mejor amigo desde que habían cumplido un año de amistad, y en ese entonces era imposible que Kirishima ya se hubiese presentado casi sin darse cuenta como un beta por la edad que ambos tenían en ese entonces.
Por más que le buscaba una explicación lógica a todo aquello, no se le ocurría absolutamente nada lógico para ello, pero, si era sincero, todo aquel asunto no se le era tan terrible, siendo que hasta había llegado a acostumbrarse a ese olor a cerezas, y bastantes veces lo usaba para guiarse cuando perdía a Kirishima entre la multitud cada vez que iban de compras al centro comercial por órdenes directas de Ashido o por gusto propio, y ahora pasaría una semana entera sintiendo ese aroma casi embriagador más cerca que nunca, y agradeció ser una persona con principios —aunque no lo demostrara mucho al actuar siempre guiándose por sus impulsos—, pues sino ya se habría lanzado sobre Kirishima para preguntarle de dónde demonios salía ese empalagoso perfume.
Kirishima, por su parte, inhalaba el aire combinado con la extravagante combinación de aromas que poseía Bakugou, riendo por el hecho de lo mucho que contrastaba la dulzura del caramelo con la potencia de la pólvora, pero a la vez divertido por saber que se había hecho adicto a él, y varias veces, cuando se sentía mal y lo sentía, sus malestares desaparecían como si no tuviesen importancia alguna, cosa que ayudó bastante a la obsesión que había desarrollado por ese olor. Y, aunque estaba dedicando la mayor parte del tiempo a liberar sus nervios gracias al aroma corporal de las feromonas de Bakugou, también observaba de forma disimulada el rostro relajado del alfa, pensando maravillado lo hermoso que se veía a la suave luz de la Luna.
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[✓] Alfa/Beta [BakuShima]
FanfictionKirishima Eijirou recientemente se presentó como un beta sin olor característico, cosa que provocó cierto rechazo en el pelirrojo, desde quien hace tiempo está enamorado de un poderoso y atractivo alfa. El alfa en cuestión se trata de Bakugou Katsuk...