SONRISA

VI

Me quedé mirándole. Él se quedó mirándome a mí. En aquel instante se quita la gorra y deja caer una mata de pelo tal que yo no entendía cómo todo aquello podía haber sido enrollado y arropado con una gorra tan pequeña.

—Cuando éramos pequeños sonreías todo el tiempo, siempre al final del día había una sonrisa tuya —dijo Taehyung.

—¿Me estás diciendo que lo he dejado de hacer? —pregunté mirándolo directamente a sus ojos— ¿Qué significa eso?

—En realidad, no significa nada —repuso—. Solo que extraño un poco tus sonrisitas.

Mis ojos viajaron rápidamente al suelo ante la vergüenza, luego me dediqué a inspeccionarlo. Unas muñecas tan finas, un aire tan tímido, una piel finísima bajo el sol, una ternura que parecía saltar de sus ojos. No ha cambiado mucho desde que éramos niños, sigue manteniendo aquella mirada, solo sus facciones han cambiado un poco, estaba más lindo, más masculino.

De todas formas al final del día siempre sonreía, es verdad, siempre por su culpa. Sin embargo, amigos, solo eso éramos y somos.

Apareció una mano que me tocó el cabello y se quedó allí como si estuviese la intención de calmarme.

Incliné la cabeza.

Entonces surgió la risita, en esta ocasión de verdad, como si hubiese hecho una travesura malvada y no se hubiese sentido nada culpable. Se inclinó hacia adelante con ambos codos puestos sobre la mesa hasta casi tocarme la nariz con la punta de la suya y dijo: Me gusta mucho tu sonrisa, muchísimo. Y espero volver a verla más seguido, como antes.

Me quedé quieto cuando se levantó para ir al baño y me percaté de como poco a poco una sonrisa aparecía en mis labios. No pude evitar quedarme mirando la preciosa piel de sus brazos, sabía que me había vuelto a pillar.

Porque al fin y al cabo siempre terminaba sonriendo.