quinta semana

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no lograba dejar de pensar sobre lo ocurrido la semana pasada, imaginaba e imaginaba sin un límite. intentaba concentrarme en los apuntes de la universidad y hasta en las tontas conversaciones que mantenía a diario con mi padre, pero era imposible, siempre volvía al principio.

esta vez me encontraba dentro de la cafetería, contemplaba la sutil decoración que lograba embellecerla como una obra de arte. los empleados eran amables, los clientes eran cautelosos y se encontraban dispersos entre todas las mesas. era cálido y familiar.

las yemas de mis dedos estaban levemente manchadas de un color amarillo, el diente de león me acompañaba a un lado de mi bebida y el resto de mis fibrones de colores. mantenía mis ojos posados en el mar de palabras frente a mí, un texto inútil sobre personas complicadas.

ordené un panecillo, estaba dispuesta a quedarme más tiempo del que había planeado. saboreaba el té mientras me perdía en mí misma. no podía permitirme dejar de pensar, necesitaba conclusiones, soluciones a cada minúsculo o gran problema en mi vida. me preocupaba demasiado y frecuentemente, creía que eso me traería problemas.

la campanilla tintineó y la puerta se mantuvo abierta durante muchos segundos. ocho adolescentes se adentraban con experiencia, conversando levemente sobre temas al azar. michael estaba con aquella chica otra vez, pero en esta ocasión, no estaban tomados de las manos.

inconscientemente, sonreí.

su cuerpo se posicionó frente al mío sin pedir permiso. examinó mis movimientos sobre el papel durante bastante tiempo hasta dirigirme la palabra.

"buen día." dijo y respondí.

conversamos durante bastante tiempo, había dejado mis deberes de lado. comencé a sentirme ansiosa y no pude evitar preguntarle.

"¿es tu novia?" lo miré. "quiero decir, aquella rubia."

vaciló un instante antes de responder. "algo así, hace poco tiempo que comenzamos a salir."

asentí mentalmente sabiendo que mi teoría era una farsa. suspiré un poco, el aroma a café que contenía el aire ahora me sabía amargo.

"ojalá duren bastante tiempo." concluí.

"uh, si, gracias."

no sonaba convincente.

y yo tampoco sonaba honesta.


el resto del tiempo que pasamos juntos antes de que volviera con sus amigos, se basó en el silencio.


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dientes de león ✿ mgcDonde viven las historias. Descúbrelo ahora