Amigos por siempre

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Era inevitable que no pensara en él ni un solo segundo. Era inevitable que le doliese tanto solo al pronunciar su nombre.... Frágil como una pluma suspendida desde la yema de los dedos se volvió, y  en los vago de su memoria notables recuerdos la consumió.. Solo quedó en su mente una vaga melodía“Amigos por siempre”~Maia.

La amistad se construye desde pequeños cimientos poco a poco igual que una casa,cuando tienes a un amigo cerca muchas veces no te das cuenta de lo importante y bien que hace en tu vida. Pero cuando lo tienes temes perderlo,aunque cuando estas con esa persona esas idea son errónea  e incluso imposibles de imaginar pero... la vida cuelga de un hilo y muchas veces difícil de detener.
Jonathan y Maia dos amigos totalmente inseparables nada hacían por separado, todo lo hacían juntos,"los chicles"lo llamaban en el colegio ya que vivían pegados.

Compartían una amplia coneccion  que solo ellos sabían con tan solo que uno de los dos se mirasen podían  sentir incluso entender lo que con palabras no podía llegar a expresar,consolarse cuando era necesario, como cuando Maia organizó su baile de disfraz soñado y al final no salió tanto como ella esperada.
Su amistad empezó a temprana edad como alrededor de los cinco años,una pequeña familia se había mudado a la vieja casona de al lado.Entre cajas y bolsos que iban bajando, detrás de todo baja un chico de cabello lacio de color negro  grandes ojos almendrados,queriendo bajar las cajas del auto y a grandes sajadas con pasos algo tambaleante le pasa la caja a su madre esta la toma enseguida y entra al interior de la casa. La pelirroja observaba desde la ventana con suma atención y curiosidad cuando por clara coincidencia ambos  se miraron y se saludaron de forma instantánea agitando su mano y sonriendo a la vez.
Pero  quién diría que un 12 de octubre cambiaría todo para que esa armoniosa amistad que se había construido a través de los años se convertirán en un dulce y amargo recuerdo.
El día se encontraba totalmente nublado las nubes se ponían perezosas para que no saliera el sol, el dúo se encontraba recogiendo alguna cosas antes de irse de viaje. Despidiéndose de sus padre ya en la parada del autobús emprenden juntos algo que sería un viaje de estudios.
Jonathan se sentó contra la ventana y Maia del otro lado que daba hacia el pasillo.
Ambos se encontraban felices comiendo chocolate y hablando de cosas que solo ellos entendían, pero el desastre no tardó mucho en llegar.
A la madrugada cuando la llovizna agolpaba el colectivo de forma desafiante una espesa neblina cubrió de blanco logrando que los vidrios quedacen empapados, las ruedas patinaron por el asfalto mojado generando un horrible chirrido y más la poca visibilidad un camión se atravesó en su camino llevándose consigo  el costado del autobús girando en el aire logrando así estallar contra el suelo.

En el accidente no hubo demasiado heridos pero solo esa noche el que había dejado esta vida para siempre fue Jonathan.
Ya a dos años de este horrible suceso, Maia aún no puede superar la muerte de su amigo quien llora cada noche e incluso lo que más le quedo en su memoria fue que ella jamás pudo decirle que también lo quería despedirse al menos,  solo sus lágrimas fueron inundadas encima sobre su cuerpo totalmente sin vida aferrándose en él como encontrando alguna especie de consuelo o generar a que reviviera. Sentimientos de culpa la quejaban ya que la que insistió en hacer dicho viaje fue ella y no él.

Pero una madrugada en donde Maia está sumergida en un profundo sueño, una ligera melodía una melosa voz susurrante en su oído hizo que se despertara de golpe prendió la lamparita que tenía a su lado dejando alumbrar su habitación totalmente vacía.
Frotándose los ojos vuelve a apagar la luz y a taparse hasta la cabeza, cuando vuelve a escuchar de nuevo ese zumbido como si fuesen miles de avispas en su oído, enciende la luz y un grito agudo surgió de sus labios al ver Jonathan completamente de blanco sentado  aun lado de su cama, su respiración se volvió tan irregular y su sangre bombeaba por todo su cuerpo de una manera alarmante un frío helado recorrió todo su cuerpo cuando toca su pie que estaba fuera de las sabanas rápido la esconde debajo de estas ;sus cuerdas vocales parecen sumisas al verlo pero tomando coraje un hilo voz de forma rasposa salió de sus labios.
—Jonatan... —Susurra. El chico poseía unos ojos brillantes y piel pálida.
—Este asintió —Maia...no llores—Susurro—Todo va a estar bien…

Con ojos cristalinos por volver a escuchar su voz solo se atino a decir —Lo siento…

—Este se acercó a ella levantándose de la cama le extendió su mano sin decir una sola palabra.. Ella   totalmente confundida aun tomo su mano a un sin apartar su mirada de la suya se puso de pie a su lado ambos se sonrieron.
—Amigos por siempre —Fue lo último que dijo el chico antes de arrastrar a Maia hasta una luz que se fue haciendo cada vez más pequeñas consumiéndose  en sí retorciéndose como un pequeño remolino en su propio eje hasta escurrirse y siendo así absorbida por la luz tintiliante de la lámpara de pie que se encontraba a un lado de su cama.

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