《Príncipe a ogro》

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Ahí se encontraban los dos en el pequeño comedor, degustando de la rica comida italiana, en sus mejillas adornaba el color carmis y la sonrisa relucia en sus rostros, se daban miradas para nada indiscretas, juntos habían formado una atmósfera romántica la cual iba acompañado de una linda melodía instrumental de fondo.

Marinette levanta la copa de vino y da un sorbo, sintiendo como el dulce sabor le recorre, sin poder evitarlo dirige su mirada a su jefe, quien parecía tener un debate mental por las muecas que formaba de algún modo preocupandole a la azabache.

-Y si hice algo que lo disgustó- pensó la azabache.

-¿Ocurre algo Adrien?- pregunta preocupada.

-No, nada solo que - suspira - Lamentó no haber llegado a nuestra...cita -musito lo último con la mirada baja- Yo en verdad lo siento -se disculpa nuevamente, sintiendo una suave caricia en su mano, provocando un agradable escalofrío, sin más levanta la mirada, encontrándose con los ojos azules de la azabache, mirándole con dulzura.

-No hay problema, entiendo muy bien que usted tiene deberes, cosas mucho más importantes que realizar -habla con calma, sin perder la mirada con su jefe.

- Mi padre, él me ordeno muchas cosas, me tenía corriendo de un lado a otro - explica el Oji-verde, mirando como la azabache detiene sus caricias para alejar su mano - No pude escapar - dice, sujetando la mano de la azabache, impidiendo que se aleje - En verdad traté, pero no pude, quería que estar contigo, deseaba que esta noche...fuera especial - susurra bajo.

-Y lo es -afirma sonriendo - Es una noche que sin duda será inolvidable.

Ambos sonríen.

-Marinette - la llama con dulzura, recibiendo un asentamiento de atención.

La Oji-azul nerviosa observa como su jefe se pone de pie y se dirige con pasos seguros hacia ella, sonrojandose al ver como Adrien le extiende su mano.

-¿Me permites esta pieza? - pregunta el Oji-verde nerviso.

-S-si - acepta sonriendo, tomando su mano, sintiendo el suave tacto del Rubio.

Ambos pegan sus cuerpos, moviendose al compás de la melodía, dejándose guiar por la música, dando a mostrar los sencillos y elegantes pasos.

Las horas pasaban entre risas, platicas, sonrojos y bailes, ambos estaban tan sumergidos en su burbuja que no se daban cuenta de la hora.
Disfrutando de la compañía, siendo solo ellos dos, importandole poco el exterior.

-Es muy tarde -suspira cansado, escuchando la dulce risa de la azabache- Gracias por aceptar tener una cita conmigo -sonríe - A pesar de la hora.

-Gracias a usted, me la pasé increíble -sostiene su mano, acariciando de ella-Fue algo muy lindo-hace una pausa-Gracias-musita sonrojada.

-El rojo te sienta muy bien - murmura.

-¡No me avergüence! - dice riendo nerviosa, cubriéndose el rostro con sus manos.

-¡No te cubras, déjame admirar tu rostro! - habla entre risas, tratando de apartar las manos de la azabache.

Los dos reían, Adrien suelta un grito de victoria al lograr su cometido y ver el lindo rostro sonrojado de la azabache.
Sus miradas estaban conectadas, perdidos en su mirada y ninguno quería terminar con ello, hasta que el mayor baja su mirada y se centra en una sola cosa.....Sus labios, los labios rosados de la azabache.
Marinette se percata de ello y tampoco puede evitar mirar los labios del otro, ambos tentados en probarlos una vez más, poco a poco van cortando la distancia entre ellos.

- Se-señor Adrien -lo llama con timidez -Ya es muy tardé -murmura

-Si...Lo siento- se separa - Amm yo me retiró.

- Lo que quiero decir es que -hace una pausa- es muy tardé, puede ser peligroso... No me molestaría que se quedará a dormir.

-¿De verdad? -pregunta sorprendido y riendo ante la preocupación de la azabache.

-Digo si usted quiere por supuesto.

-Gracias señorita Marinette, pero no puedo -menciona triste.

Adrien acaricia dulcemente la mejilla de Marinette, acercándose cada vez más a ella, la azabache con un brillo en sus ojos remoja sus labios, ambos con un leve sonrojo en sus mejillas, los dos estaba deseando poder juntar sus labios, la tensión se podía sentir, Marinette cierra sus ojos al ver el poco espacio pero grande fue su decepción cuando el mayor le deposita un beso en su mejilla.

-Que descanses y ten dulces sueños -murmura - Te veo en la empresa y nuevamente gracias - finaliza saliendo de la casa.

-Gracias a ti...-dice tocando su mejilla donde fue depositado el beso -Fue una noche maravillosa -sonríe alegré.

Marinette da un grito de felicidad, subiendo a su recámara para luego tirarse a la cama.

-¡Es muy lindo!.












Todo salió muy bien, al parecer todo cambiará desde ahora-fue el último pensamiento de la azabache, antes de caer dormida.

Que lástima que no sea así...







[...]







Lo peor que le puede pasar a una persona, es que no suene la bendita alarma.

Llegando tardé a su trabajo.





-¡Dios me van a matar! -habla con preocupación la azabache, terminando de colocarse sus zapatos -¡Demonios!.

Tomo sus cosas y sale corriendo de su casa.

Al parecer el mundo hoy estaba en su contra, ningún taxi aparecía, todos estaban ocupados y algunos parecían no querer levantar a aquella desesperada azabache.

Unos minutos después la azabache pudo tomar un taxi, con los nervios de punta estuve en todo el camino.

Cuando por fin llega a la empresa, paga sin y sale corriendo torpemente, importandole poco su cambió, entrando rápidamente al ascensor.








-Llega tarde -dijo con una voz ronca el Oji-verde.

-¡Disculpe!, es que mi alarma no sonó y no pasaba ningún taxi - explica - En serio lo lamento, no volverá a pasar no fue mi intención.

-¡Esta será la última vez, entendió, para la otra no se moleste en venir y esto se va a descontar de su sueldo!.

-¿Qué?, pe-pero le...-fue interrumpida.

-¡No me interesa, ahora vuelva al trabajo!.

--Si señor, compermiso -habla molesta.

Trabajos, Papeleos, Sacar copias, preparar café, ir de un lado a otro, subir y bajar, la azabache estaba agotada pero se esforzaba mucho en realizar sus tareas, pero lo único que recibía eran regaños, quejas y gritos de parte de su Jefe.
¿Donde habia quedado el hombre cariñoso de ayer?, se preguntaba una y otra vez la azabache.









-¿Donde está el informé de los Bourgeois, que te pedí?-pregunta con enojó.

-Todavía no lo terminó, es que...-No pudo terminar de explicar ya que fue brutalmente interrumpida por el fuerte golpe que Adrien proporcionó en el escritorio, asustandola.

-¿Por qué no está terminado?, tiene una hora que te lo pedí- habla fuerte.

-Lo siento -se disculpa -Yo estaba elaborando el otro informé que me encargo sobre la carga de la nueva tela de vigogne que acaba de llegar señor -explica nerviosa, sintiendo sus ojos humedecer.

-¡Quiero que termines el informe de los Bourgeois ahora mismo! - ordena molesto - ¡Sino sabes hacer bien tu trabajo porque mierda estás aquí! - levantando la voz, estremeciendo a la azabache quien mantenía la mirada baja - ¡Sal de mi oficina!

-S-si señor.









Hiro Agreste.

I Love My Secretary Donde viven las historias. Descúbrelo ahora