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Nadie quiere al Otoño, el pobrecillo es un marginado. Es solo el presagio de que algo aún mas oscuro está por venir.

Sin embargo yo le quiero... no es ahora la primera vez que me proclamo adicta a la nostalgia y lamentación, pues encuentro el sentido vital en medio del colosal vacío. 

Por supuesto no hay comparación con el y se lo canto cada noche, una vez por cada estrella: que mire, que escuche, que así como las ardillas o las aves se protegen, la felicidad se escapa para no hacerse añicos.

Estaciones - OtoñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora