Capitulo 7

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Los ensayos estaban saliendo, todos estábamos entusiasmados, íbamos a cantar delante de 17.000 personas, que se dice pronto.

Teníamos la presión, los nervios del primer concierto. Pero eso no hacía más que fuera una experiencia única que no volveríamos a vivir en la vida.

La relación respecto a los compañeros, seguía igual, estábamos recordando lo que eran las primeras semanas dentro de la academia. Y con Ana, bueno, a Ana no la entendía muy bien. Hoy me decía una cosa, mañana otra y luego volvía a decirme otra, a diferencia de ella yo tenía las cosas bastantes claras. Me gustaba, me gustaba mucho y el que no lo veía era por que estaba ciego.

La única persona a la que se lo había dicho formalmente era a Ricky "Ricardo, me gusta muchísimo Ana" y Miriam aunque no sé lo hubiera dicho tal cual, lo sabia. Ellos eran los únicos que me podían ayudar y aconsejar frente a este tema y era lo que necesitaba que hiciesen.

Después de los ensayos de por la tarde, estábamos todos en el hotel y le mandé un mensaje a Miriam para tomar algo y hablar.

📲Mimi: Miriam,estas haciendo algo??
📲Leona: Estoy en la habitación intentando escribir algo. Por?
📲Mimi: Te apetece bajar al bar y tomamos algo? Necesito hablar con alguien...
📲Miriam: Sii, en 10 minutos en la puerta del bar.

Me puso el jersey rojo y los pantalones de cuero, por si luego decidía salir a algún lado a despejarme o por lo menos intentarlo.

Estaba saliendo de la habitación, cuando por el pasillo pasó Ana medio corriendo, con la cabeza agachada y a pesar de no estar segura me pareció verla llorando.

Instintivamente, el recorrido pasillo-ascensor para bajar al bar se convirtió en pasillo-habitación de Ana. Iba detrás de ella, yo también con un paso acelerado, todo lo que mis botas me permitían, pero finalmente cuando se paró a meter la llave de la habitación la alcancé.

La cogí de la muñeca, haciendo que se girase a mirarme. Efectivamente, no me equivocaba, había estado llorando y por sus ojos diría que bastante.

-Dejame- dijo con un hilo sutil de voz, tenía una voz derrotada, no le salían ni fuerzas para hablar

-¿Que ha pasado?- seguía enganchada a su muñeca, y a medida de nuestra corta y concisa conversación iba soltando el agarre

- Nada que te interese, ahora por favor, déjame en paz- Cada vez estaba siendo mas dura, y yo solo quería ayudar

- Ana, por favor- Pedí suplicando

- Mimi joder, que te estoy diciendo que me dejes ¿Lo entiendes? Déjame. No es tan difícil- Me grito como nunca lo había hecho y yo con el corazón encogido me fui de allí

Ella entró a la habitación mientras se pasaba una mano por el pelo y la puerta se cerró a la vez que su boca soltaba un suspiro agotador

Cuando bajé finalmente al bar, Miriam me estaba esperando.

-¿Donde estabas rubia?- Se levantó de la mesita en la que estaba sentada y vino a abrazarme

No dije nada, me enganche a su cuello y comencé a llorar, por que si, Miriam Doblas, esa chica fuerte que parece de hierro, había aguantado mucho sin mostrar sus sentimientos de esa manera, pero todo esto había sido la gota que colmaba el vaso.

-Eh eh eh, no me llores tía, va siéntate y dime ¿que pasa?

Cogí aire un par de veces antes de empezar a contarle

SOLO SI ES CONTIGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora