Te enamore para seducir a otro .

4::Ya la llama "amor"

Capitulo 4

Ya la llama "amor"

Mi madre sabe los gustos que tengo, maquillaje y ropa, ropa blanca mi favorita, y ahí estaba yo, maquillada levemente,porque mi madre así lo insistió y bajándome del auto mercedes de mi madre, con un vestido blanco, cuando alguien imagina un vestido de tela y encaje blanco se lo imagina como algo anticuado, pero este es corto y pegado a mi cuerpo de futura mystique, con encaje en el área del pecho, pegado a mi piel y sin manga alguna,trae la parte delantera del vestido con encaje blanco a los lados de mi cadera y es hermoso. Y así es como fui comprada por mi madre la cual disimula mi disgusto por venir.

Mamá bajo de su auto con sus tacones, siendo abogada tiene algo increíble, mucho más increíble de elogio por ser una excelente litigante, ella puede conducir con unos tacones terriblemente altos con punta delgada, tiene puesto un vestido azul pegado, se ven increíbles sus piernas y Nicolás no deja de vérselas, es asqueroso, sonrie como si no le bastaran las teiboleras de los clubes a los que todos los cenadores corruptos asisten, o el sin fin de edecanes que ve en cada evento, la idea de un cenador con mi madre me disgusta, pero Nicolás es guapo, no guapo de esos que puedes ver en la calle, una belleza exótica, tan exótica como su enorme casa, o mejor dicho mansión, a la cual nos invita a pasar.

La casa es fabulosa a primera vista, todo parece como un catalogo de revistas, pasamos al comedor y varias sirvientas nos acomodaron platos de loza y cubiertos al frente, Nicolás se sentó como todo rey guapo en la silla del ancho de la mesa, la única que hay en ese lado del ancho comedor y mi madre en la esquina junto a él, y justo antes de hablarme tomo de la mano a mi mamá, y mi madre como si fuera adolescente sonrió de esa forma en la que las amigas ven y dicen a sus amigas enamoradas "estas idiotizada ,enamobada, si te dicen avientate al pozo tu te avientas desde un trampolín aunque el pozo este sin agua" y se que no tengo otro remedio mas que sonreír incomodamente, yo no ocasiono esa estúpida sonrisa en mamá.

-Isabel, tu madre me ha contado demasiado de ti, quería conocerte pero no sabia si era el momento indicado,eres muy hermosa justo como te imaginaba, estoy muy feliz de poder conocerte esta noche- dijo la mosca mayor con esa sonrisa de comercial

-Gracias señor Nicolás- dije sin mas palabras, me escuche cortante y siguió sonriendo pero parece como si le hubiese enojado mi tono frió, mamá comenzó a decir que soy muy tímida y el sonrió diciéndome que estoy en mi casa, y puedo hablar con total confianza, si yo hablara con confianza le diría que su guapo rostro lo hace ver totalmente amanerado y preferiría que mi madre saliera con un hombre con mas hombria facial, justo como lo era mi padre, pero solo asentí con la cabeza, no iba a desmentir a mi madre y arruinarle la noche, no tenia ganas de hablar, ademas se que mis dotes de actuación son perfectos y actuar tímidamente me ahorraría palabras innecesarias en mi boca.

-Dile a los chicos que bajen-le dijo a una de sus sirvientas y entendí que los dismorfiados corporales bajarían a hacer mas incómoda y perturbante la cena

No pasaron ni cinco minutos cuando dos chicos rubios bajaron,casi se me quiebra la mandíbula, son guapos, vestidos con camisas blancas de mangas largas y pantalones de vestir negros, zapatos negros y relojes costosos, vestidos iguales, peinados iguales, es como ver clones en persona, pero ojos distintos, son los gemelos que ví en la escuela, los amigos de mi aparente conquista, mis casi hermanastros y la mala suerte mas inesperada de la noche, la dismorfia corporal no existe en ellos, mas bien en mí, me siento un poco inferir ante sus apariencias, pero observo que únicamente el gemelo de ojos verdes saluda a mi madre con un beso en la mejilla y el otro de ojos azules solo le dice "buenas noches", entonces la mosca mayor se dispuso a presentármelos, ya conocía sus nombres "los gemelos Leander y Gabriel", no se distinguirlos aun, olvido quien es el ojiverde y el ojiazul, ambos se pararon detrás de la silla de mi madre justo a la vista mía y de su padre, el ojiverde sonrió de oreja a oreja, y el otro parecía que ni siquiera me miraba, ambos dijeron buenas noches,me siento mas incomoda de lo que ya estaba.